Menos luxemburgueses, menos votos para los grandes partidos
, En el más próspero país de la Comunidad Europea, Luxemburgo, las elecciones europeas coinciden el domingo con las legislativas, en las que los tres grandes partidos (democristianos, socialistas y liberales), que forman tradicionalmente entre ellos coaliciones de gobierno, aparecen de antemano como los probables perdedores de los comicios.
Los tres grandes perderán escaños porque el número de diputados del Parlamento unicameral ha sido reducido de 64 a 60, para tener en cuenta el bajón demográfico experimentado por el Estado miembro más pequeño de la CE,con tan sólo 372.000 habitantes de los que 220.000 tienen derecho a votar. Pero las previsiones señalan también la irrupción en la vida electoral de dos nuevas formaciones que comerán terreno a los partidos tradicionales.
Encabezada por un célebre deportista, Josy Simon, la primera de estas formaciones se presenta bajo el nombre peculiar de Cinq Sixiemes y revindica la equiparación de las pensiones de los jubilados del sector privado con las del público, que se elevan al 83% del último sueldo percibido en activo. La pensión mínima de los ex funcionarios del Estado asciende a 174.500 pesetas al mes, mientras el mínimo de los jubilados que trabajaron para la empresa privada sólo es de 76.500 pesetas.
La reivindicación es tan popular, en un país donde la tercera edad tiene un creciente peso electoral, que no sería de extrañar que la lista cosechase cinco escaños en la Eurocámara, en la que también entraría un partido nacionalista de extrema derecha, al que una franja del electorado temerosa de la invasión de los extranjeros (27.000 inmigrantes, a los que que hay que añadir otros 25.000 trabajadores que cruzan a diario la frontera) parece dispuesta a votar.
La xenofobia larvada y las críticas contra algunos proyectos de la CE, como la armonización fiscal, que perjudicaría a la plaza financiera del Gran Ducado, han puesto de relieve a lo largo de la doble campaña electoral el paulatino desapego de los luxemburgueses a una Comunidad de la que fueron socios fundadores, cuyas instituciones acogen y de la que eran hasta hace poco en los sondeos de opinión los más arduos defensores.
De la fuerza con que irrumpirán en la Cámara las nuevas listas dependerá, en parte, el mantenimiento de la actual coalición encabezada por un primer ministro socialcristiano, Jacques Santer, al que su viceprimer ministro socialista, Jacques Poos, ambiciona sustituir aliándose acaso con el tercer partido del país, los liberales.
Los otros dos partidos que pueden aspirar a estar representados en el Parlamento son los comunistas y los verdes, aunque éstos acuden divididos a los comicios.
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