Enfermos mentales en la calle
Refiriéndome al artículo del doctor Luis Rojas Marcos Las calles de Nueva York, publicado el 13 de mayo, y a la carta al director del doctor Juan C. González Cases de fecha 24 de mayo, quisiera hácer un breve comentario desde el punto de vista de los familiares afectados.Me parece que el doctor Rojas expone la cruda realidad que también en Madrid ya se está empezando a notar, mientras que el doctor González expresa lo que muchos profesionales, familiares y enfermos desearían: una buena asistencia psiquiátrica integrada en la comunidad. Ahora bien, existe un evidente desfase entre la de sin stitucionaliz ación, que fue lo primero que se hizo (a veces de forma salvaje), y la puesta en ráctica de los proyectos de servicios alternativos. Con la desinstitucionalización se reducían gastos y además, era lo moderno, el respeto a la libertad del paciente. Pero resulta que la buena asistencia psiquiátrica social y comunitaria es cara y necesita una fuerte inversión inicial. Piensen ustedes lo que significa crear, aparte de los servicios de salud mental que ya están funcionando, en cada uno de los 30 distritos sanitarios de Madrid, un centro de día de rehabilitación, un taller ocupacional, una minirresidencia y tres o cuatro pisos protegidos. Nos consta que la Consejería de Integración Social de la Comunidad de Madrid está avanzando paso a paso en la realización del proyecto; los familiares les brindamos nuestro apoyo y colaboración.
Quedan dos aspectos que nos preocupan a todos.
1. ¿Qué es más importante, el derecho a la libertad o el derecho a la salud y a la integridad fisica? Como dice el doctor Rojas, "la enfermedad mental se caracteriza a menudo por la negación del paciente a aceptarla". ¿Cómo encontrar un equilibrio entre estos dos derechos y cómo proteger al paciente y a los que le rodean? Cuando se presenta una crisis aguda, las familias se encuentran desamparadas; no existe un servicio de urgencia que funcione las 24 horas todos los días del año, con un buen equipo profesional que quizá podría evitar algunos internamientos forzosos.
2. Como apunta también el doctor Rojas, la integración social de los enfermos mentales depende de la actitud general de la sociedad or desgracia, esta sociedad es cada vez menos tolerante frente a sus miembros débiles, prefiere cerrar los ojos ante el sufrimiento y, a ser posible, eliminarlo. Se justifica la eutanasia, la esterilización de deficientes, los asilos de ancianos, etcétera. Todos quieren ser (o parecer) jóvenes, guapos, ricos y triunfadores. Si a esto añadimos el miedo a lo inexplicable, a perder la razón como ellos, tenemos el panorama completo, en el que ni siquiera son una excepción muchos familiares.
Creemos que hace falta mucha información, empezando por las mismas familias, y la colaboración de los medios de comunicación para que dejen de destacar las noticias sensacionalistas y den información seria y esclarecedora sobre los problemas de la enfermedad mental.-
Presidenta de la Federación Estatal de Asociaciones de Familiares y Enfermos Psíquicos.
