Avatares abusivos
Desearía llamar la atención acerca del uso erróneo de una palabra, que no es la primera vez que me choca. En la página 17 del número del 29 de mayo, un diputado relata que ha sido retenido varias veces en los controles policiales por no estar borrados en los archivos sus antecedentes y que "escribirá al ministro del Interior para darle cuenta de esos avatares". Y ahí está el abuso: avatares una palabra tomada del sánscrito y que en su origen denomina las sucesivas encarnaciones del dios Visnú, de la religión hinduista: pez, tortuga, jabalí, hombre león, enano, etcétera (hasta veintitantas). Por la vía de la metáfora, desde 1840 pasó esa palabra, en francés, a emplearse por metamorfosis, y de ahí la tomamos nosotros después en el mismo sentido. Para designar lo que al diputado le ocurrió ya tenemos otras palabras: vicisitudes, incidentes.
Avatares serían, con mayor propiedad, esas transformaciones profesionales que nos dicen en las biografías de ciertos norteamericanos que de mozos de gasolinera pasan a camiseros; de ahí, a abogados, cantantes de moda o actores, y acaban ocupando altos cargos en la política. O más cerca de nosotros, esas mutaciones de adscripción política de determinados y numerosos representantes locales, regionales o nacionales que cambian más de partido que de camisa en su tortuoso camino hacia la poltrona.-
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