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Científicos internacionales difieren sobre la explosión de las supernovas

Sid Kahana, del Laboratorio Nacional de Brookhaven (Nueva York), y Wolfang Hillebrandt, del Instituto de Astrofísica de Múnich, han alimentado en Peñíscola todavía más la polémica que les enfrenta acerca de la teoría sobre la explosión de supernovas (estrellas que estallan repentinamente en un enorme resplandor como resultado de la explosión). La materia concreta de discusión se centró en la supernova 1987-A, que estalló hace dos años en las grandes nubes de Magallanes.

Las conferencias que Hillebrandt y Kahana pronunciaron el pasado miércoles día 24, en el curso que se celebra en Peñíscola sobre La ecuación de estado de la materia permitieron a los asistentes ser testigos de una discusión teórica que parece que va a mantenerse durante bastante tiempo. La 1987-A es la supernova más cercana a la Tierra que se ha podido observar y la única de la que se ha conocido el progenitor, es decir, la estrella que la ha generado. Esta circunstancia ha provocado un cuadro de condiciones de partida que ha venido a trastocar notablemente el estudio de las supernovas.La supernova 1987-A es la única que procede de la explosión de una estrella supergigante azul (hasta ahora todas las que se conocían tenían su origen en supergigantes rojas). Por otro lado, es la primera vez que se han detectado neutrinos procedentes del exterior del sistema solar y de nuestra galaxia. Pero, por si esto fuese poco, el pasado mes de enero un grupo de astrónomos anunció en Chile que durante ocho horas habían observado entre los restos de la supernova lo que parecía ser un púlsar (fuente celeste de radio que emite intensos y cortos aumentos bruscos de nivel de emisión de radio). Quince días después, el mismo grupo de astrónomos manifestó que no habían podido volver a repetir la observación; lo que también sucedió a todos los astrónomos que lo intentaron en otros observatorios del mundo.

El profesor Kahana ha manifestado su opinión de que "el objeto observado en Chile no puede ser un púlsar, pues supondría que gira sobre sí mismo a una velocidad equivalente al 40% de la velocidad de la luz". El problema es que no se ha podido confirmar la primera observación, lo que no ha sido óbice para que se haya planteado la posibilidad de una nueva interpretación de estos fenómenos.

Gigantes azules

"De momento, nos toca comprender por qué las gigantes azules también pueden explotar", ha manifestado el profesor Kahana. En principio, la detección de neutrinos procedentes de la explosión hace pensar que se trata de una supernova ocasionada por un colapso gravitacional. Sin embargo, es a la hora de explicar los procesos que dan lugar a las supernovas cuando se enfrentan las tesis de Kahana y Hillebrandt. Más, concretamente, en uno de los parámetros que interviene en la ecuación de estado de la materia nuclear: la compresibilidad de la materia nuclear.Para Kahana la materia nuclear es blanda (factor de compresibilidad bajo), lo que permitiría explicar teóricamente el mecanismo de explosión de las supernovas. Hillebrandt, por el contrario, considera que la materia nuclear es dura, lo que supone simplemente que la observación de las supernovas no puede arrojar ninguna luz sobre las teorías de los astrónomos. Hillebrandt achaca a las tesis de Kahana el ser un artificio teórico utilizado para justificar la teoría del mecanismo de explosión, pero que mediante tal artificio deja fuera de la teoría la explicación de las estrellas de neutrones. Y la polémica continúa, aunque algunos datos experimentales obtenidos en laboratorio apuntan a la posibilidad de que el parámetro de compresibilidad sea más alto, lo que decantaría la balanza en favor de Hillebrandt.

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