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ÉXITO DEL BARCELONA EN BALONCESTO

El Barça gana el titulo por tercera vez consecutiva

Robert Álvarez

El colofón al play-off final más irregular y extraño de la Liga resumió perfectamente la trayectoria de los dos equipos en litigio. El Real Madrid, mermado pero audaz, con un juego muy irregular pero efectivo a base de superar sus límites y de dejar perplejo a su rival por las incoherencias tácticas que le permite la genialidad de una estrella como Drazen Petrovic, recurrió ayer a otro tipo de estrategia, la que se vió obligado a poner en acción dado el mal estado físico de algunos de sus jugadores y la pérdida de varios de ellos por faltas personales.Pero ayer el Madrid acabó perdiendo el equilibrio sobre el finísimo alambre por el que atravesó todo el play-off. El equipo madridista acabó en la situación propia de un desahuciado. Jugó los últimos 38 segundos con sólo cuatro jugadores. Tuvo que arrojar la toalla cuando quedaban más de cinco minutos para el final y sus jugadores se marcharon de la pista convencidos de haber sufrido un ultraje por la actuación arbitral.

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El Barcelona actuó de una forma más cerebral. Buscó siempre las soluciones con una tranquilidad propia de quien se sabe superior a su rival Salvó sus inexplicables paréntesis de ineficacia, sus deficiencias para atacar defensas enjugadas estáticas y celebró el título con un instinto asesino que escapó a su estilo habitual.

El equipo madridista dominó ligeramente durante el primer tiempo. Hubo muchas fases de igualdad pero los pivots del Madrid renunciaron a forcejeos excesivos bajo la canasta de su rival. Prefirió buscar algunas penetraciones de Biriukov; la superioridad de Antonio Martín sobre Waiters en el uno contra uno; y, los lanzamientos desde cinco metros de Rogers y el pequeño de los Martín. Con ello, y una buena defensa de Biriukov sobre Epi, superó su mal inicio -14-8 perdía en el minuto 5- y logró obtener una renta importante de hasta 9 puntos, 30-39 en el minuto 14.

El Barcelona reaccionó entonces gracias a un cambio de marcajes, que hizo que Epi pasara a ocuparse de Villalobos, Costa de Biriukov y Crespo de Petrovic, y también a la furia de Norris, dormido hasta aquel momento. Ello coincidió con las primeras señales de alarma en el Madrid por la acumulación de faltas personales en todos sus jugadores titulares. El resultado fue un parcial de 12-0 para el equipo anfitrión y la vuelta a la igualdad en el marcador.

Aíto García Reneses, técnico azulgrana, puso en práctica una defensa mixta sobre Petrovic en el segundo tiempo, que redujo a la nada la aportación de la estrella yugoslava a su equipo que no realizó un sólo tiro a canasta hasta el minuto ocho y que acabó con un parcial de 0 canastas de 4 lanzamientos en este período.

El Madrid aguantó el tipo durante unos minutos pero fue ahogándose inevitablemente. Por si fuera poco Romay volvió a resentirse de su lesión y no pudo sustituir los numerosos boquetes que se producían en el quinteto titular.

Los hombres altos del Barcelona dieron a su equipo puntos y muchas posibilidades de corregir errores dominando el rebote con absoluta claridad, aspecto en el que Trumbo resultó providencial. Solozábal manejó perfectamente a su equipo, tomando la iniciativa con entradas canasta cuando no encontraba resquiciospara pasar a los pivots. Epi despertó de su letargo y Jiménez y Waiters fueron muy superiores a sus oponentes.

El Madrid estaba contra las cuerdas y no hallaba remedio a la situación de impotencia en la que se encontró cuando sus jugadores tenían que abandonar el parqué y Petrovic no encontró la forma para situarse en buenas posiciones, no ya sólo de tiro sino que ni tan siquiera de recibir pases para especular con su reconocida superioridad en el uno contra uno.

Ello condujo a un final inesperado y en el que el Barcelona saboreó el título mientras sus jugadores botaban el balón ante un quinteto formado por Llorente, Cargol, Pérez, Ribas y Villalobos. Un quinteto, que ni tan siquiera fue eso, un quinteto, puesto que el Madrid acabó con sólocuatro jugadores.

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Sobre la firma

Robert Álvarez
Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona, se incorporó a EL PAÍS en 1988. Anteriormente trabajó en La Hoja del Lunes, El Noticiero Universal y el diari Avui.

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