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Niños diferentes

"Primero fue un pisito en Getafe, hará unos 20 años. La cosa fue a más y ya ves dónde estamos". Pablo Sacristán, el alma de la Asociación de Padres de Niños Diferentes (Apanid), se entretiene haciendo fotos a Roberto. Junto a él, unas 800 personas de todas las edades, con distintos grados de enfermedad mental, asisten al colegio y a los talleres y pernoctan en los hogares de Apanid. Los cuarteles generales, en los que trabajan más de 200 personas, están en el kilómetro 16 de la carretera de Toledo, entre Getafe y Fuenlabrada.Pese a sus dimensiones, el centro, que está subvencionado por la Comunidad de Madrid, el Ministerio de Educación y el Inserso, conserva un sabor familiar. Los padres interesados se afilian y pagan una cuota simbólica que, en el caso de Roberto, es de 200 pesetas mensuales.

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Roberto no quiere lentejas
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