Réquiem por Judy Holliday
El aficionado se las promete muy felices esta tarde, pues el ciclo sobre cine musical americano programa Suena el teléfono (Bells are ringing, 1960), un musical de Vincente Minnefli nunca estrenado en España y emitido por TVE en el lejano verano de 1973, cuando el encendido color de¡ cineasta no era para nuestros ojos más que blanco y negro, y el Cinemascope, sólo una utopía.Suena el teléfono transfigura en puro entretenimiento cinematográfico un éxito de campanillas de Broadway, comedia de Betty Coniden y Adolph Green -los autores de Cantando bajo la lluvia y tantas otras piezas mayores del musical americano- montada por Jerome Robbins. Para su trasvase a la pantalla, Minnelli contó con la adorable Judy Holliday, que había interpretado más de mil veces ese mismo papel sobre los escenarios.
Suena el teléfono se emite a las 18
00 por TVE-2. , Una sirena sospechosa, a las 16.05; Matrimonio a la italiana, a las 22.45, y a las 0.45, El castillo de Dragonwyck, las tres por TVE1.
Hace falta detenerse enJudy. Nunca ha tenido entre nosotros la suerte que merecía, pero fue una rubia exquisita, extraordinaria comediante, memorable en Chica para matrimonio, en Una rubia fenómeno, en Nacida ayer, en La costilla de Adán, en... Bella, aparentemente ingenua, con su presencia siempre un punto picante, combatió la misoginia imperante en el cine de Hollywood.
Suena el teléfono fue su última película: murió cinco años después, a la temprana edad de 43 años, en el apogeo de su arte. A su lado, Dean Martin da perfectamente el tipo. Excelentes números: Better than a dream, l met a girl, Just in time, The party s over... Una fiesta.
Enredos amorosos
Antes de la rubia Judy, la estomagante rubia Doris, Doris Day, en una comedia del otras veces genial y aquí discreto Frank Tashlin: Una sirena sospechosa, con enredos amorosos y de espionaje al propio tiempo y algunos gags, no muchos, frecuentables.Otra comedia: Matrimonio a la italiana, ésta de casta: ni más ni menos que la Filomena Marturano de Eduardo de Filippo, una proeza de observación del carácter napolitano a la que como anillo al dedo le van los talantes de Marcello Mastroianni y Soria Loren.
Finalmente, la ópera prima de Joseph L. Mankiewicz -auspiciada por Lubitsch, aquellos días inactivo por enfermedad-, El castillo de Dragonwyck, un melodrama gótico que apunta ya la inteligencia del director y sirve a su actor principal, Vincent Price, de pista de entrenamiento para futuros y cormanianos castillos.
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