La avería en un cable de alta deja sin luz 200.000 pisos y locales de la capital
Una avería en un cable de alta tensión que produjo un incendio y una explosión en un transformador subterráneo de la compañía Unión Fenosa dejó sin luz en la mañana de ayer a unas 200.000 familias madrileñas, inutilizó una gran parte de semáforos, cortó el fluído a las seis líneas de metro, afectó a algunas vías ferroviarias y obligó a los bomberos a realizar salidas para rescatar a personas encerradas en ascensores. El apagón duró hora y media, y el suministro quedó restablecido pasadas las diez de la mañana.
Madrid amaneció ayer parcialmente a oscuras. La cuarta parte de los 800.000 usuarios a los que suministra luz Unión Fenosa tuvieron que encender velas o ducharse con agua fría y bajar la escalera. La razón fue una avería en un cable de alta tensión, de 220 kilovatios, perteneciente a la red principal que alimenta la subestación de Hortaleza.A las 8.25, la avería, originada por causas hasta ahora desconocidas, producía un cortocircuito y un incendio en el transformador subterráneo -un recinto de dos metros de profundidadexistente a la altura de] número 153 de la calle de Cuevas de Al manzora, en el distrito de Hortaleza. El incendio afectó a unos ocho depósitos de aceite de unos 30 litros cada uno utilizados para mantener la presión del cable.
Como consecuencia de la acumulación de gases se produjo una fuerte explosión, seguida de otras más débiles. La cubierta de la arqueta subterránea saltó, y del interior del recinto salieron llamas y una fuerte humareda que causaron la alarma entre los vecinos. En un pirimer momento se barajó la hipótesis de un atentado o una explosión de gas. Los bomberos enviaron una autobomba, un coche de hidrocarburos y otro de nieve carbónica.
Paralelamente, la avería supuso la desconexión de varias líneas de alta tensión, según informó Fernando León, jefe del departamento de explotación en Madrid de la compañía Unión Fenosa. Ello produjo el corte de suministro para la cuarta parte de los 800.000 usuarios de la compañía en la capital. El apagón afectó a amplias zonas de la ciudad, desde la plaza de España y la Gran Vía hasta Azca y Chamartín, pasando por la glorieta de Bilbao, parte del barrio de Salarnanca, Prosperidad o Alfonso XIII. En algunos mercados se pa.ralizó la actividad, al no poder siquiera utilizar las balanzas.
Las líneas 1 (Plaza de Castilla.-Portazgo), 2 (Ventas-Cuatro Caminos), 5 (Canillejas-Aluche), 8 (Fuencarral-Avenida de América), 9 (Pavones-Herrera Oria) y 10 (Aluche-Alonso Martínez) se vieron total o parcialmente afectadas, por lo que tuvo que suspenderse el servicio. Los trenes lograron llegar en la mayoría de los casos a la estación siguiente.
Ascensores parados
También los ascensores se pararon, lo que obligó a los bomberos a realizar cuatro salidas para rescatar a personas que se habían quedado en su interior. En una empresa de la calle del Príncipe de Vergara, los bomberos tuvieron asimismo que actuar ante la ernisión de gases procedente de una batería de ordenadores averiada por el corte en el suministro de luz, según indicaron los bomberos. En la calle, los semáforos dejaron de funcionar, aunque su falta no causó el colapso de la ciudad gracias a no ser un día laborable normal.También se vieron afectadas algunas líneas de cercanías, en especial las de la zona noroeste. Un grupo de unos 30 viajeros que iban hacia Las Rozas tuvo que abandonar el tren en el que viajaban y recorrer a pie dos kilómetros antes de ser recogidos por otro convoy. Paulatinamente, el fluido volvió a restablecerse por bairrios. La avería quedó totalmente subsanada a las 10.09. Los bomberos regresaron a sus parques pasadas las 12.15 horas.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.