Carrera militar
En relación con el artículo de J. A. Olmeda sobre la Inaplazable modernización de la carrera militar, en EL PAÍS del 15 de marzo, y ante la imposibilidad de criticar en una carta cada una de las conclusiones de su trabajo, quiero referirme (rechazándolas) al menos a dos de ellas. Afirma el pionero investigador de los ejércitos que los militares confunden, no distinguen entre "derechos adquiridos" y "expectativas de derechos"; de ahí las resistencias de éstos al proyecto de función militar (del que el autor resulta. ser valedor incondicional). Y, en el mismo orden de cosas, asegura que los militares tienen "una baja cualificación profesional, tanto respecto a titulaciones militares como a las técnicas y los idiomas".Empezando por esta última aseveración, debe saber que los militares tienen toda la cualificación profesional, militar y técnica que les exigen las leyes para obtener cada empleo o categoría según el arma, cuerpo o especialídad en la que se integran. Para que me entienda, trasladando el tema al campo en el que él trabaja: podría hablarse de baja titulación de los profesores universitarios si éstos sólo tuvieran el título de maestros, y podría hablarse de baja titulación de éstos si sólo se les exigiera saber leer, escribir y algo de cuentas.
Por otra parte, nunca tendrá una idea aproximada de los títulos universitarios que poseen los militares, ya que no es preceptivo inscribirlos en sus documentaciones y no queda constancia fidedigna en los archivos.
En cuanto a la primera afirmación del profesor Olmeda, creo que los militares distinguen perfectamente aquellos conceptos. Así, son "derechos adquiridos y consolidados" los de los te-
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