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La Liga Arabe llama al alto el fuego en Libano a partir del mediodía de hoy

La Liga Árabe efectuó ayer en Túnez un llamamiento a un alto el fuego de tres meses de duración en Líbano, a comenzar a partir del mediodía de hoy. El Consejo de Ministros de Exteriores de la organización panárabe decidió asimismo el inmediato envío de una fuerza de observadores para velar por el respeto de¡ cese de las hostilidades. Siria, que se oponía a la presencia en Libano de testigos neutrales, obtuvo a cambio que la Liga Árabe no mencionara su participación directa en los combates.

Los duelos artilleros que oponen desde hace más de seis semanas a los libaneses cristianos con las fuerzas de ocupación sirias fueron definidos ayer por el comunicado oficial de la Liga Árabe como "un enfrentamiento entre facciones libanesas". Tarek Aziz, ministro de Exteriores iraquí, había pretendido sin éxito final que el texto hiciera algún tipo de alusión al protagonismo activo de fuerzas extranjeras en Líbano.El consejo ministerial comenzó a las 23.30 del pasado miércoles en el hotel Oriental Palace de Túnez, un flamante edificio de gruesas moquetas, lámparas sobrecargadas, puertas de madera labrada, mosaicos y unos 60 relojes de pared que daban las horas de otras tantas capitales del mundo. A las 3.30 del jueves, los 12 ministros de Exteriores reunidos y los representantes de menor nivel de otros nueve países árabes levantaron la sesión para efectuar la última comida antes del comienzo del ayuno del Ramadán.

A mediodía de ayer, los participantes en el consejo recomenzaron sus trabajos, que terminaron a las cuatro de la tarde. A lo largo de la reunión de la Liga Árabe, el análisis más escuchado en los pasillos del Oriental Palace subrayaba el fracaso de la política regional del presidente sirio, Hafez el Asad. "A Asad sólo le queda Líbano", dijo un diplomático kuwaití. El diplomático enumeró los descalabros sirios: triunfo de Arafat al imponerse como único representante del pueblo palestino; victoria iraquí a los puntos frente a Irán, aliado de Siria, y el imparable retorno de Egipto a la Liga Árabe. Faruk al Chareh, ministro de Exteriores sirio, luchó durante todo el consejo de la Liga Árabe para seguir conservando para su país la hegemonía en Líbano.

Siria, no obstante, tuvo que terminar aceptando el envío de observadores neutrales de la Liga Árabe, medirla que reclamaba sobre todo Irak y otros países árabes moderados. Los observadores, unos 300 oficiales y soldados de diversas nacionalidades, adoptarán la bandera de la Liga Árabe y serán financiados por esa organización.

Junto al cese de las hostilidades, la Liga Árabe pide también el fin de¡ bloqueo de todos los puertos libaneses. El general Michel Aoun comenzó precisamente su guerra de liberación contra Siría con un intento de cerrar los numerosos puertos ¡legales en manos de milicias musulmanas aliadas de Damasco, por los que transita la droga y las armas con las que éstas se financian.

La Liga Árabe, dijo Klibi, no ve inconveniente en que "otros esfuerzos internacionales se conjuguen con las iniciativas árabes de paz para Líbano".

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