Lectura y sueño
Tengo la costumbre de leer EL PAIS por la noche, antes de acostarme, y el día 27, con el artículo del señor Jaime Siles, me quedé dormido. Por la mañana lo intenté de nuevo y no pude pasar de la segunda columna.Al final, me quedé con la penosa impresión de que no había sido escrito para un lector medio y que la carta del señor Siles al duque de Alba podría haber ido por el servicio de Correos en vez de salir en EL PAÍS y no nos hubiéramos perdido nada.
Me considero un lector medianamente culto, pero reconozco que artículos como el mencionado me hunden la moral porque me quedo con la sensación de que me he equivocado de periódico.
En cambio, el reportaje de Michael Massing sobre Colombia me gustó mucho. Desearía poder leer más reportajes de ese estilo y es una lástima que sólo salgan el domingo-