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El presidente de la Cámara de Representantes de EE UU será 'juzgado' por sus pares

Francisco G. Basterra

Jim Wright, presidente de la Cámara de Representantes, el demócrata más poderoso de Washington y segundo personaje en la línea de sucesión a la presidencia, fue acusado ayer formalmente por sus pares del Congreso de supuestas violaciones de ética parlamentaria en 69 ocasiones. La campaña de honestidad en la función pública, desatada por George Bush, y que ya le ha costado el puesto de secretario de Defensa a John Tower, alcanza ahora de lleno al speaker de la Cámara, que será sometido a una especie de juicio en el parlamento que puede acabar con su vida política.

Como estaba previsto, y gracias al voto de miembros de su propio partido, el demócrata, el comité de ética de la Cámara de Representantes, que actúa en la práctica como un gran jurado¡ decretó el procesamiento político de Wright. Es el primer speaker en la historia de Estados Unidos que recibe una acusación semejante. Wright, un político tejano de la vieja escuela anterior a la era de la televisión, afirmó ayer su inocencia y solicitó una inmediata audiencía para defenderse. "Lucharé hasta la última gota de convicción y energía que poseo porque lo que está en juego es mi honor y mi reputación".Las serias alegaciones, que podrían acabar con una censura parlamentaria, en el peor de los casos, y que, en el mejor, provocan serias dudas sobre su supervivencia como speaker, acusan a Wright de no declarar como regalo el sueldo de su mujer, procedente de un millonario tejano con intereses en legislación, y de cobrar honorarios ¡legales por su libro autobiográfico, enmascarándolos como derechos de autor.El comité, tras 10 meses de investigación que ha costado 1,2 mállones de dólares, ha votado por unanimidad que existen "razones para creer" que Wright violó el código de conducta oficial y otras reglas parlamentarias. La acusación establece que el salario de 18.000 dólares anuales, el coche y el apartamento entregados a Betty, la mujer del speakér, por su amigo y millonario tejano George Mallick eran en realidad regalos destinados a influir a Wright en cuestiones legislativas que podrían favorecer a Mallick.

En el caso del libro Reflexiones de un hombre público, el speaker sugería a las instituciones que le invitaban a dar conferencias que compraran ejemplares -él cobraba unos derechos de autor del 50%- para saltarse un límite de 34.000 dólares anuales que los parlamentarios obtienen como honorarios como conferenciantes. Wright es sobre todo víctima de una venganza política de los republicanos, que no le tragan y quieren devolver a los demócratas la humillación sufrida con Tower, y del esfuerzo del presidente por diferenciar su Administración de la de Reagan declarando intolerable la corrupción.

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