La nunca vista
Una mujer deforme y con larga barba ha sido rescatada tras estar encerrada 26 años en su domicilio de Cangas
Desde 1963 no se volvió a ver en Cangas (Pontevedra) a María Berta Rodríguez Ruiz. Tenía 23 años y era una chica normal y alegre que desapareció recluida por razones aún no aclaradas, y en condiciones lamentables, en su domicilio. Desde entonces, sólo se supo que algunas veces, siempre de noche, su padre, ya fallecido, la sacaba a pasear. Hace algo más de un año consiguió salir de casa y refugiarse en una tienda, de donde fue rescatada por su madre, que la condujo de nuevo al domicilio familiar. Quienes la vieron se encontraron con una mujer deformada por la obesidad y con larga barba.
Ahora, un registro domiciliario permitió su definitiva localización y su traslado a la unidad de psiquiatría del hospital Provincial de Pontevedra. Su madre y su hermano, que rehuyen cualquier contacto con los periodistas, declararon ayer en el juzgado número 2 de Pontevedra."Asombra que puedan ocurrir estas cosas en los tiempos que corremos". Un policía municipal de Cangas resumió así su reacción después de haber presenciado el final del cautiverio de esta mujer en una habitación sucia y oscura y en un estado de degradación y abandono que impresionó incluso al forense.
El rescate de María Berta no resultó fácil y fue necesario inyectarle un tranquilizante. Era la lógica reacción de una persona asustada, sin contacto con la gente y afectada por una enfermedad de tipo endocrinológico que provocó alteraciones físicas y psíquicas. "Trastornos psicéticos, un cuadro semejante a la esquizofrenia", según el doctor Víctor Pedreira, jefe del servicio de psiquiatría del hospital Provincial.
Algunos vecinos de Cangas presenciaron, asombrados, el traslado de María Berta, oculta a la mirada de la gente, en una ambulancia. Algunos se enteraron entonces del drama. Otros comprobaron que se habían quedado cortos en sus temores.
De la droga al horror
Unos días antes, cuatro mujeres vinculadas a la asociación de ayuda al toxicómano Érguete (Levántate) habían dado los pasos necesarios para que el juez autorizara un registro domiciliario en un intento de comprobar lo que ocurría con María Berta. La declaración de un hermano de ésta, detenido el pasado 27 de marzo por actividades relacionadas con el tráfico de droga e ingresado en la prisión provincial de Pontevedra, había abierto interrogantes sobre la existencia de una mujer que no renovaba su DNI desde hacía 23 años.
Una de las interesadas en la clarificación del caso explicó que María Berta había sido compañera suya durante la infancia y la adolescencia y recordó que siempre había estado muy marcada de cerca por su madre, preocupada al parecer por evitar sus relaciones con un chico". Recordó a María Berta como "una chica normal, alegre e inteligente, de larga melena negra y ondulada". Recordó también que alrededor de los 20 años empezó a salirle vello en el cuello y en la cara y que el proceso fue a más.
Fue entonces cuando la chica, que había cursado estudios en Vigo y que había intentado sin éxito convertirse en azafata, se esfumó y se vio rodeada poco a poco por un muro cada vez más denso de silencio por la actitud familiar.
"No me hablo con la madre de esa pobre mujer desde hace 25 años. No habla con ella la gente de por aquí. Nadie entra en la casa ni sabe de la vida de sus moradores. Ellos hacen su vida y nada más", declaró una vecina que aseguró haber oído cómo en más de una ocasión la encerrada llamaba a su padre, fallecido hace unos diez años.
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