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La policía descubre dos locales convertidos en 'locutorios' telefónicos clandestinos

Una patrulla de la Policía Municipal de Madrid reventó a primeras horas de la madrugada de ayer un locutorio clandestino alquilado por un psicólogo peruano en un local de la calle de Ave María, en el barrio de Lavapiés. La actuación policial permitió también el descubrimiento de otro negocio similar en el barrio de Vallecas. En este tipo de locales es posible usar el teléfono para llamar al extranjero mediante el pago de 300 pesetas por cada cinco minutos, lo que supone una tarifa sensiblemente más barata que la oficial.

A primeras horas de la madrugada de ayer, la dotación de un patrullero de la Policía Municipal de la agrupación del distrito de Centro advirtió un gran trasiego de personas en un piso bajo sito en el número 27 de la calle de Ave María. Los agentes penetraron en el establecimiento, donde hasta hace unos meses había una carpintería, y descubrieron tres rudimentarias cabinas telefónicas construídas con simples tablones.El recinto, "pese al estado de abandono y suciedad", según los policías, había sido convertido en un locutorio telefónico clandestino. Dos peruanos y un argentino estaban en ese momento efectuando llamadas a sus países de origen.

Los agentes comprobaron que el local había sido alquilado el pasado 25 de febrero por el peruano Alejandro Pedro Alvarado Minchala, quien aseguró que era psicólogo de profesión y manifestó al propietario del Inmueble que pretendía instalar allí un consultorio.

Los policías encontraron sobre una mesa un contrato de arrendamiento, un recibo de alquiler, un Justificante de la Compañía Telefónica y una libreta con datos de horarios, que posiblemente servía para controlar las citas previamente acordadas con los clientes.

Una vecina de la finca número 27 de la calle de Ave María manifestó: "Desde hace un mes o poco más había un constante trasiego d gente que entraba y salía, tanto de día como de noche. Todas las personas que yo he visto tenían aspecto suramericano. Como no había ningún letrero que indicase a qué negocio estaba dedicado el local, los vecinos habíamos empezado a sospechar...".

La policía averiguó que el teléfono instalado en la antigua carpintería estaba dado de baja y que la Compañía había cortado la línea por falta de pago. No obstante, los estafadores habían realizado "un rudimentario empalme" en una caja de registro existente en la calle y de esta forma obtuvieron línea de nuevo.

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Fuentes policiales han comentado que las primeras averiguaciones permiten suponer que los implicados en el caso han originado a la Compañía Telefónica un fraude estimado en 20 millones de pesetas.

Un documento de alquiler encontrado en el piso de la calle de Ave María facilitó el descubrimiento de otro locutorio instalado en un bajo del número 14 de la calle de Puerto Alto, en el barrio de Vallecas.

Desde hace un año, según fuentes policiales, se está observando una creciente proliferación de este tipo de negocios, sobre todo en los distritos de Centro y Mediodía.

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