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Locos por las tragaperras

Creada la Asociación Madrileña de Jugadores en Rehabilitación

Jorge A. Rodríguez

No juegan ni detrás de un balón ni por batir un récord. Juegan simplemente por gastar dinero. Y lo hacen de tal forma que su ocio se convierte en enfermedad. En Madrid se calcula que hay unas 25.000 personas adictas a los juegos de azar, capaces de consumir su fortuna en un día, sin importarles ganar o perder, sino únicamente jugar. La recién creada Asociación Madrileña de Jugadores en Rehabilitación (Amajer), la primera de la comunidad autónoma, pretende ayudar a aquellos cuya afición por las apuestas les hace perder salud, dinero y familia.

El juego, dice el diccionario, es una actividad recreativa sujeta unas reglas en la cual se gana se pierde. Y los adictos al juego siempre pierden. "Lo peor que le puede pasar a un enfermo de juego es que en una máquina tragaperras, mesa de póquer, bingo o casino gane una fortuna, porque entonces no parará de apostar hasta que se quede sin un duro", afirma Manuel Melgarejo González, presidente y fundador de la asociación.Según estudios de expertos, la adicción al juego afecta al 1 % de la población activa, lo que supondría que en la Comunidad de Madrid hay entre 20.000 y 25.000 enfermos, la mitad de ellos adictos a las tragaperras.

¿Pero cómo empieza la adicción? Primero se juega por puro ocio. Luego se va a jugar cuando se tiene algún problema, y finalmente, siempre que se tiene dinero. "Un jugador se ha convertido en enfermo cuando juega sin hacerlo físicamenente, cuando mentalmente, esté donde esté, está metido en una partida", afirma Melgarejo.

Y poco a poco los enfermos llegan a situaciones límites. "En los teléfonos de nuestra asociación y de mi casa he recibido llamadas de gente a punto de suicidarse. En la asociación tenemos el caso de un hombre que llegó a prostituirse por conseguir más dinero para jugar", asegura el presidente. "Sé de un jugador que se hizo un seguro de vida para luego matarse y resarcir a su mujer del mal que le había causado por el juego".

El caso del mismo Melgarejo es un ejemplo: "Yo he pasado 25 de los 43 años de mi vida recorriendo los 18 casinos de España. Perdí a mi familia, pedía dinero a los amigos que luego no llegaba a devolver. Me consideraba un sinvergüenza sin darme cuenta de que en realidad era un enfermo. Calculo que en mis años de adicción he gastado 25 millones de pesetas jugando, sin contar el dinero que he ganado y que luego me he gastado". Manuel Melgarejo, ya rehabilitado, ha llegado a estar 72 horas seguidas sentado en una mesa de póquer.

40 asociados

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La asociación, creada el pasado mes de marzo, está integrada por unas 40 personas, "aunque cada día aparece una persona con ganas de curarse", afirma Pedro Muñoz, párroco de la iglesia de la Encarnación, en la calle de los Hermanos García Noblejas, 49, que ha cedido parte de su parroquia para que sirva de sede de la asociación.Por el momento, Amajer cuenta con pocos medios. Dos psicólogas, conseguidas por el párroco, ayudan a los asociados. Otro psicólogo municipal ha encontrado un hueco en su horario con el mismo fin. "Lo primero que hay que hacer es reconocer que se es adicto al juego. Ése es el paso más importante, porque pocos son capaces de darlo", dice Melgarejo.

Pero adictos hay muchos. Diariamente recorren Madrid unas 7.000 personas en busca de una máquina tragaperras donde gastar su dinero. Según cálculos de la Comisión Nacional del Juego, los bingos madrileños recaudaron 95.985 millones de pesetas en 1987. El casino recaudó en el mismo año 4.488 millones, y fue visitado por 685.613 personas, que sólo en las máquinas tragaperras se dejaron 356 millones. Durante el año pasado, cada madrileño gastó 13.428 pesetas en lotería. En cuanto a máquinas tragaperras, no hay datos sobre Madrid, aunque en 1988 los españoles se jugaron casi dos billones de pesetas en estos artilugios.

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Sobre la firma

Jorge A. Rodríguez
Redactor jefe digital en España y profesor de la Escuela de Periodismo UAM-EL PAÍS. Debutó en el Diario Sur de Málaga, siguió en RNE, pasó a la agencia OTR Press (Grupo Z) y llegó a EL PAÍS. Ha cubierto íntegros casos como el 11-M, el final de ETA, Arny, el naufragio del 'Prestige', los disturbios del Ejido... y muchos crímenes (jorgear@elpais.es)

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