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Amper integrará Marconi en una filial que tendrá benencios de 500 millones en 1992

La nueva empresa resultante de la integración de Marconi con las líneas de comunicaciones militares de Inisel registrará unos beneficios de 500 millones de pesetas en 1992 sobre una facturación de 15.000 millones, según el plan de viabilidad elaborado por su sociedad matriz, Amper. La transmisión a Amper de estos activos y de Pesa Electrónica por parte de Inisel será firmada hoy en el Ministerio de Industria.

Los equipos jurídicos de las dos sociedades contratantes perfilaban ayer por la tarde los flecos del acuerdo definitivo que hoy será suscrito por Antonio López, presidente de Amper, y Rafael Villaseca, titular de Inisel.El contrato, promovido en un plazo récord de tres meses por el Ministerio de Industria, otorga un período de siete días para la elección de un árbitro auditor que, a su vez, dispondrá de otros 30 días para la determinación de las valoraciones correspondientes a los activos que Inisel vende a Amper. Asimismo, el contrato abre un plazo de dos meses, incluyendo los trabajos del auditor, para que ambas partes formalicen la transmisión patrimonial de estos activos ante fedatario público. El objetivo es que Inisel pase a controlar un 10% de Amper, por lo que esta última pagará el importe de la operación con acciones.

La compañía que preside Antonio López comprará también Marconi Española, SA (MESA), con objeto de garantizar el mantenimiento efectivo en un centro de producción de los 450 trabajadores de la antigua filial de ITT que serán absorbidos por Amper. Estos empleados, junto a otras 115 personas procedentes de las citadas líneas de producción de Inisel, formarán la plantilla de la nueva filial de Amper en el sector de la defensa. Una vez liquidada Marconi, Amper instalará una nueva fábrica, donde se integrarán los mencionados efectivos laborales.

Plan de viabilidadEl plan de viabilidad elaborado por Amper para esta nueva subsidiaria contempla el umbral de rentabilidad al cabo de tres años, con unos beneficios de 500 millones en 1992. Durante los próximos ejercicios de 1990 y 1991, la compañía padecerá los efectos del reflotamiento de Marconi, con lo que generará unas pérdidas de 1.000 y 700 millones de pesetas. Por su parte, Pesa seguirá funcionando como sociedad anónima, con personalidad jurídica propia.

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