La UEFA readmitirá a los clubes ingleses en 1990-91 si reciben el apoyo de su Gobierno
La ejecutiva de la Unión Europea de Fútbol Asociación (UEFA) decidió ayer en Palmela, una localidad próxima a Lisboa, revocar el veto que pesa sobre los clubes de fútbol ingleses y admitirlos en las competiciones europeas a partir de la temporada 1990-91. El secretario de la federación inglesa, Graham Kelly, dijo estar satisfechísímo con la decisión, que va a permitir a los equipos desoxidarse tras un lustro de ausencia de los estadios europeos como consecuencia del desastre del estadio Heysel. Pero, según, la decisión de la UEFA, la readmisión está supeditada al apoyo gubernamental, y el Ejecutivo ha condicionado tal aval a que los clubes acepten el controvertido plan de dotar a cada aficionado de un carné de identidad.
El presidente de la UEFA, Jacques Georges, declaró ayer: "Dados los grandes esfuerzos que las autoridades británicas han realizado para garantizar la seguridad en los estadios, la UEFA ha decidido la readmisión de los equipos ingleses", expulsados del concierto continental tras la final de la Copa de Europa de 1985 entre la Juventus y el Liverpool en la que los hooligans ingleses provocaron incidentes gravísimos en los que murieron 39 personas.Los clubes ingleses serán acogidos en el seno del fútbol continental si respetan las normas europeas contra la violencia en el deporte y si el Ejecutivo británico les da su apoyo. "Si el Gobierno de un país de la UEFA dice que no es responsable de lo que ocurre en un partido, ¿cómo va a pedir a otro país esa responsabilidad?", señaló Georges. "La UEFA por si sola no puede ser responsable de los equipos ingleses. Necesitarnos el apoyo del Gobierno".
La primera reacción de la federación inglesa fue la de alegrarse por una decisión que ya estaba bastante madura, pues sólo dos de sus 28 federaciones se habían manifestado recientemente contra la readmisión. Para más adelante queda el abordar las exigencias gubernamentales. "Estamos muy satisfechos con la decisión, que nos permite ver la luz del final del túnel", declaró Kelly. "No podíamos haber esperado nada mejor", añadió el federativo, que empleó una hora para convencer a la ejecutiva de la UEFA de las razones inglesas. Kelly hizo notar que en los pasados dos años sus clubes habían participado en 300 amistosos en el extranjero sin que hubiera incidentes, y que medio centenar de equipos continentales habían jugado en Inglaterra sin tener que lamentarse de ello.
El subsecretario de Deportes del Gobierno británico, Colin Moynihan, dijo también estar satisfecho con el fallo de la UEFA, pero no se movió un ápice en su plan de introducir el denostado carné de identidad futbolístico que, con la ayuda de un ordenador, va a permitir tener controlados a todos los hinchas. Moynihan reiteró que la decisión gubernamental de apoyar a los clubes está supeditada a la aceptación por ellos de los carnés, decisión que los equipos consideran puro chantaje.
La ley sobre los aficionados al fútbol tiene todavía un largo camino que recorrer en el Parlamento, y hay aspectos que han sido bien recibidos por los clubes, como las medidas para impedir que los hinchas revoltosos viajen al extranjero, pero Moynihan insiste en que esa segunda parte debe ir conjunta e inseparablente unida a la primera, la que contempla que en la temporada 1990-91 todo aficionado tenga una tarjeta sin la cual no pueda entrar en un campo de fútbol.
El Gobierno ha realizado algunas concesiones en su proyecto legislativo, como el decir que estudiará la posibilidad de exigir las tarjetas gradualmente, según las divisones y no de una sola vez a los 92 clubes de las ligas nacionales, pero por el momento no ha ido más allá en dar satisfacción a los deseos de los equipos. Moynihan dijo ayer que la fase final de la Copa del Mundo en Italia del año que viene será una piedra de toque para saber cómo respiran los hinchas británicos.
En toda Europa se produjeron manifestaciones de apoyo a la decisión de la UEFA. En Italia, Giampiero Boniperti, presidente de la Juventus, equipo implicado directamente en los incidentes de Heysel, declaró: "Estoy satisfecho con la decisión de la UEFA. Era un deseo que nosotros sosteníamos desde hace tiempo". Ángel María Villar, el presidente de la federación española, dijo: "Es una medida correcta".
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