La televisión italiana no proyectará películas para mayores

Una sentencia del Tribunal Supremo de Italia ha sorprendido a la opinión pública al haber prohibido inapelablemente la proyección de películas "autorizadas sólo para mayores de 18 años" tanto a la televisión del Estado, la RAI-TV, como a las cadenas privadas. La sentencia ha sorprendido porque aún no se habían apagado las polémicas suscitadas por una propuesta del ministro de Correos y Telecomunicaciones (responsable también de la televisión), el republicano Oscar Marnmí, de permitir incluso a la RAI-TV la proyección de películas porno a partir de las diez de la noche.La sentencia del Tribunal Supremo ha matado así dos pichones con un solo tiro, ya que, además de prohibir las películas sólo para mayores, hace inútil la propuesta del ministro. La sentencia del Tribunal Supremo se ha producido tras haber recurrido contra ella dos emisoras privadas (RTV 38 y Telesanterno), condenadas en 1987 por el juez de Pesaro, Alfredo Mensitieri. Los responsables habían sido castigados sólo con una amonestación y absueltos.

Irritados, sin embargo, por la condena, acudieron al Supremo, el cual ha rechazado el recurso afirmando que "las transmisiones en la televisión no pueden sustraerse a la sanción prevista para la tutela moral de los menores de 18 años en cuanto son aún más incisivas y peligrosas al producir un efecto más penetrante y rápido".

Por tanto, de ahora en adelante cualquier ciudadano puede denunciar a la televisión que proyecte una película prohibida a los menores de 18 años, y las penas a las que podrían ser condenados los responsables van desde dos meses de cárcel a una multa de 200.000 pesetas, el mismo castigo en el que caen los que permiten entrar a menores de edad a películas sólo para mayores.

La preocupación mayor ahora es para la RAI-TV, la televisión del Estado, que no podrá por ningún motivo desobedecerk sentencia, al estar controlada por el Parlamento, mientras que las privadas -que ya mantienen una fuerte competencia con la RAI- podrán más fácilmente saltarse la sentencia ya que las penas en las que pueden caer son más bien irrisorias.

Precisamente, la mayor competencia entre la RAI y los canales privados reside en el del cine. Frente a una buena película proyectada por un canal privado es difícil competir con programas, por ejemplo, de tipo cultural. Y como es sabido, las películas mejores díficilmente son aptas para menores de 18 años.