La especulación llega al taxi

"Llevo 28 años en el taxi. Hace seis que vendí mi licencia por cuatro millones de pesetas. Quería montar un pequeño negocio para que mis chicos no estuvieran en la calle". Pero la aventura empresarial de este conductor, que prefirió guardar el anonimato, salió mal, y ahora se ha quedado sin negocio y sin poder recuperar su antigua ocupación, porque no dispone de los ocho millones que ahora le piden para poder comprar una nueva licencia.En la actualidad, este veterano taxista trabaja como asalariado, 12 horas diarias, seis noches a la semana. Durante el día, el patrón trabaja el taxi. "Voy al 50% con él, pero en realidad es el 60%, porque tengo que pagar la mitad de la Seguridad Social, la mitad del IVA (un 23%) y la mitad del butano consumido".

Las 15.500 licencias existentes no atienden toda la demanda de los taxistas, lo que ha puesto los precios por las nubes y ha provocado "una prostitución de la mano de obra, porque hay que aceptar las normas de la economía sumergida", dice el representante de los taxistas asalariados de CC OO.

A su vez, el representante de UGT, que agrupa a trabajadores autónomos, cree lógico que reclamen más licencias, "pero no nos parece lógico repartir miseria". "Es como si el camarero reclamara el bar o los conductores de la EMT, los autobuses", dice Eladio Núñez, presidente de la Asociación Gremial de Autotaxis.

La Concejalía de Circulación y Transportes tiene pensado conceder un número, todavía indeterminado, de nuevas licencias. "Un leve aumento en el marco de una renovación de areas tarifarias", según. palabras del concejal. Esta renovación supondría la absorción de los taxis que trabajan en los pueblos limítrofes y que, según el Ayuntamiento, son un número poco representativo, aunque fuentes sindicales estiman que no debe haber menos de 500 o 600 coches.

Los taxis ingresan diariamente 120 millones de pesetas, lo mismo que recaudan la EMT y el Metro juntos (unos 60 millones cada uno). Esta recaudación algunos días alcanza los 200 millones. La media diaria es de unos 300.000 viajes, con 1,2 pasajeros por coche, aunque la mitad de los kilómetros que recorren lo hacen en vacío. Esto sitúa al madrileño como uno de los ciudadanos más aficionados de Europa a este tipo de transporte, y a Madrid, como una de las ciudades con más automóviles de este tipo: cuatro por cada 1.000 habitantes.

A pesar de estos buenos resultados económicos, no todo es de color rosa. En 1988, dos taxistas murieron mientras trabajaban, y 157 resultaron heridos, así como 182 viajeros. Todas las asociaciones que agrupan a este colectivo coiciden en señalar que el mínimo de horas diarias que tienen que hacer para sacar un sueldo entre 150.000 y 200.000 pesetas es de 12 horas. Dada la naturaleza de este trabajo, esto va en detrimento del servicio. "Estamos intentando que se reconozca la jubilación anticipada a los 60 años, ya que los problemas de salud no sólo repercuten en la vida laboral del individuo, sino en la seguridad de los demás, dice el portavoz de UGT, que añade: "El que ha tenido un infarto no puede renovar el carnet de conducir; por tanto, lo ocultan y siguen conduciendo". En la actualidad, unas 3.000 personas con cartilla tienen más de 65 años.