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Llevarse hasta las sábanas

Juan Arias

En Italia existía, al menos hasta ahora, el sistema sanitario quizá más socializado de Europa. En teoría, las medicinas, la hospitalización y el resto de la asistencia considerada como necesario es gratuita para todos. Pero en la práctica este principio nunca ha funcionado.Uno de los indicadores de que las cosas no funcionan así es que los médicos italianos que trabajan para la salud pública son acusados de ver durante muy poco tiempo a los pacientes que acuden a su consulta por la vía de la medicina pública y de deternerse más tiempo y tratar mejor a quienes acuden a sus consultas por lo privado, es decir, pagando.

En los hospitales, los ciudadanos tienen que llevarse en muchos casos de casa hasta las sábanas y, todos los que pueden, también la comida. Y para ser -tratados mejor tienen que desembolsar buenas propinas a los enfermeros y, en general, al personal con el que tienen que tratar.

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La sanidad es uno de los capítulos con mayor déficit del Estado por el gran despilfarro que se ha hecho de dicho servicio. Pero es un círculo vicioso porque al ser gratis se derrocha, y al derrocharse el déficit aumenta y los servicios pierden en calidad.

Para resolver este problema existe una corriente de opinión que defiende que los servicios sanitarios deberían pasar a manos privadas pero los sindicatos y los trabajadores que cobrna menores sueldos consideran esta posibilidad como un "atraco al "Estado social".

Según el decreto de la Presidencia del Gobierno italiano lo que la gente deberá pagar a partir de ahora en los servicios de la salud púbalica es lo siguiente: por cada análisis de laboratorio, 200 pesetas; por cada radiografía, 1.000 pesetas; por cada visita médica especializada, 1.500 pesetas. Por otra parte tendrán que abonar: por 10 sesiones de fisioterapia: 1.500 pesetas; por cada écografía, 3.000 pesetas; por cada receta médica, 300 pesetas; por las curas termales, 3.000 pesetas y por cada día de hospital, 1.000 pesetas.

Está previsto que mediante estas aportaciones el Estado reciba 268.000 millones de pesetas, que según los expertos no resolverán el problema del defícit público y servirán sólo para crear malhumores y descontentos.

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