La CE insiste en el aislamiento diplomático de Ceaucescu

Los Estados miembros de la Comunidad Europea intensifican las presiones sobre Rumanía para conseguir un mayor respeto de los derechos humanos, pero, a pesar del creciente aislamiento del país balcánico, el régimen del presidente Nicolae Ceaucescu ha reaccionado hasta ahora endureciendo su actitud.Reunidos el pasado jueves en Madrid, los altos funcionarios que coordinan la política exterior de los doce acordaron comunicar a los 35 países de la Conferencia sobre Seguridad y Cooperación en Europa (CSCE) la negativa del Gobierno de Bucarest a proporcionar información a la CE sobre la suerte de los 24 disidentes que firmaron el año pasado una carta de protesta dirigida a Ceaucescu.El siguiente paso que darán los doce consistirá en denunciar a Rumanía ante la conferencia sobre derechos humanos, prevista en el marco de la CSCE, que se celebrará en París en mayo.

Esta acción diplomática es el mínimo denominador común acordado por los doce para presionar a Bucarest, pero la Comisión Europea, que anunció el mes pasado la suspensión de la negociación comercial con Rumanía, y tres capitales europeas han ido mucho más lejos, en lo que el órgano comunista rumano, Scinteia, considera como una "injerencia inadmisible en los asuntos internos de otros Estado?.

Siguiendo el ejemplo de París, Bonn decidió el miércoles anular una reunión de la comisión económica rumano-alemana, y llamó a consultas a su embajador en Bucarest, Klaus Terfloth, al que la policía secreta de Ceaucescu impidió entrevistarse con el ex ministro de Exteriores, Corneliu Monescu, uno de los 24firmantes de la misiva.

El Gobierno francés había tomado con anterioridad las dos mismas medidas, y rechazó ulteriormente una invitación para que el ministro galo de Exteriores, Roland Dumas, visitase Bucarest. Washington también ha suspendido reuniones comerciales con los rumanos. Si se exceptúan un comunicado del Foreign Office y una intervención crítica Geoffrey Howe, en Bruselas, el 20 de marzo, el Reino Unido no había, en cambio, hecho ningún desaire a Bucarest, pero el presidente rumano ha considerado, no obstante, oportuno retirar a su embajador en Londres. Pero la réplica más inesperada de Ceaucescu ha consistido en retener en Bucarest a un centenar de huérfanos rumanos que han encontrado padres adoptivos en Francia, Bélgica e Italia.