Todo depende del exterior
La presión de los compradores sobre el mercado continúa anulando las realizaciones de beneficios, al tiempo que empieza a conformar una base sólida desde la que plantear nuevas soluciones al estancamiento bursátil. El ímpetu con que ha actuado el dinero hasta ahora ha sorprendido a un buen número de inversores -sobre todo institucionales-, que no terminan de creerse esta aproximación del índice general a la zona del añorado y temido 300%. Los habituales empiezan a considerar las posibilidades internas de los mercados españoles, en tanto los aconteciinlientos externos -sobre todo Wall Street- no supongan un impedimento importante a estas aspiraciones.Los grupos industriales han sido los que han respondido mejor a esa presencia de dinero en los corros, posiblemente por que el número de títulos que tienen estos valores a disposición del mercado favorece esta situación. Como datos positivos hay que anotar la rápida respuesta de los valores eléctricos al cambio ambiental, y el mantenimiento del equilibrio en el sector bancario, con algún avance un tanto forzado y otros debidos al interés que ofrece la ausencia de autocartera.
Para los profesionales, este mercado es el mejor de los posibles, pues permite los movimientos rápidos gracias a la liquidez que presentan la mayoría de los valores -lo que también influye en el nivel del negocio-, situación que reproduce con fidelidad muchas de las posiciones que se daban al cierre, muy animadas y con un predominio bastante claro a favor de las compras.