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España y la Comisión Europea modificarán el enfoque para conseguir la armonización fiscal

La presidencia española y la Comisión Europea se disponen a modificar radicalmente el enfoque de la armonización fiscal directa a indirecta de los doce para intentar superar el callejón sin salida en el que se encuentran ambos proyectos. Tanto Madrid como el Ejecutivo comunitario consideran indispensable para la puesta en pie del famoso mercado único el acercamiento de los impuestos especiales que gravan el alcohol, el tabaco y la gasolina, así como el IVA vigente en los Estados miembros, para el que se han estudiado dos bandas, máxima y mínima.

Bruselas ha propuesto instaurar dos tipos de IVA, uno normal que oscilaría entre un 14% y un 20%, y otro reducido del 4% al 9%. Paralelamente, la comisaria europea Christiane Scrivener presentó en febrero dos proyectos de directiva para aproximar la fiscalidad sobre el ahorro que, aunque contempla algunas exenciones, prevé introducir una retención en origen mínima del 15%. sobre las rentas, del capital, al tiempo que reforzaría la cooperación entre las administraciones fiscales de los doce.

El Reino Unido, Irlanda, Luxemburgo y Dinamarca son los países más reacios al primer proyecto de directiva. Los dos primeros deberían renunciar al tipo cero que aplican, por ejemplo, a la ropa infantil, mientras que Luxemburgo teme verse obligado a subir sustancialmente sus impuestos indirectos y Dinamarca está preocupado por tener que rebajarlos excesivamente.

A las otras dos directivas -las propuestas por Scrivener- se oponen, sobre todo, el Reino Unido y Luxemburgo. El primero para no aplicar la retención en origen y Luxemburgo, además, para no levantar su secreto bancario, que acaba de fortalecer con un decreto-ley que lo equipara al vigente en Suiza.

Impulso político

Para allanar estas reservas e intentar que la cumbre de junio en Madrid de un impulso político a las tres directivas, la presidencia española tiene la intención prioritaria de globalizar la negociación sobre armonización del IVA y de la fiscalidad sobre el ahorro, que hasta ahora se desarrollaba en foros diferentes.

"Nuestra capacidad de maniobra será mayor cuando nos esforcemos por dar compensaciones a un país que haya hecho concesiones en una de las dos vertientes de la armonización", comentó un alto funcionario de la Embajada española en la Comunidad.

El ministro francés del Presupuesto, Michel Charasse, es partidario desde hace tiempo de reagrupar las discusiones fiscales y la propia Scrivener afirmó el pasado fin de semana que se podría negociar "por paquetes fiscales en los que cada Estado podría encontrar una respuesta a las preguntas que se plantea".

Respaldada por algunos Estados miembros como Francia o Bélgica, España propondrá mañana jueves, en la reunión semanal de embajadores, la renuncia provisional a que el IVA sea abonado a partir de 1993 en el país de producción de la mercancía en lugar del país de consumo.

La fórmula inicialmente prevista beneficiaba sobre todo a los grandes exportadores como la RFA, aunque gracias a un complicado sistema de clearing el fisco alemán podría revertir después parte de sus ingresos hacia países con una balanza comercial deficitaria, tales como España.

En cuanto al acercamiento de la fiscalidad sobre el ahorro, el secretario de Estado de Hacienda, José Borrell, piensa hacer hincapié, ante todo, en la necesidad de estrechar la cooperación entre las administraciones fiscales nacionales a lo que sólo se resiste Luxemburgo, a quien la presidencia española parece tener la intención de aislar en la CE.

El actual proyecto de directiva estipula que las administraciones deben comunicarse toda la información que posean cuando se presuma que un ciudadano de un Estado miembro ha cometido fraude fiscal y éste mantenga parte de sus ahorros en otro país comunitario. Luxemburgo sólo está dispuesto a obligar a sus bancos a que suministren a Hacienda los datos que obran en su poder cuando el cliente estafador haya sido objeto de una inculpación penal y la información que le concierne sea solicitada mediante comisión rogatoria de un magistrado.

Aunque los colaboradores de Borrell se resisten a reconocerlo, para la presidencia ejercida por España el tipo de retención en origen es una cuestión relativamente menor frente a la colaboración entre administraciones fiscales, "única arma eficaz", según la expresión de un funcionario, para defenderse de una evasión fiscal que, probablemente, aumentará con el mercado único.

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