Comienza un nuevo capítulo de Eric Rohmer
Entramos en un nuevo capítulo de la filmografía de Eric Rohmer, las llamadas "comedias y proverbios", que abarcan la presente década en su totalidad y constan -está por ver si el director la continúa o no de seis títulos: La mujer del aviador, La buena boda, Pauline en la playa, Las noches de la luna llena, El rayo verde y El amigo de mi amiga.Todas ellas son excelentes películas, cuya valoración divide a los rohmerianos empedernidos. Y en todas ellas hay una aguda observación de la juventud del momento y su fragilidad -se diría que mayor que la de los años sesenta y primeros setenta, la de La coleccionista, para entendernos-, una observación que borra la edad del cineasta.
Eric Rohmer, ojo, no se constituye en predicador, como no se constituía en los cuentos morales, ni provoca una sensación de sociólogo en la cumbre. Más, si cabe, que en su anterior período, las presentes obras de Rohmer gozan de una espontaneidad suprema -aunque perfila sus guiones con meticulosidad, con alguna excepción notoria como la de El rayo verde- y una puesta en escena de aparente pobreza pero soberbios resultados.
El ciclo se salta olímpicamente La mujer del aviador para entrar a saco en su segunda "comedia y proverbio". La buena boda reflexiona sobre el papel del matrimonio en la juventud de nuestros días, presentando una fauna de personajes con empanadas mentales sin límite, a empezar por la protagonista, Sabine -una estupenda Beatrice Romand-, una mujer de principios vulnerables e inestabilidad sentimental, reflejo de generación a la que Rohmer contempla sin misericordia aunque, como siempre, con soplo de comprensión, simpatía y dignidad.
La buena boda se emite a las 21.35 en TVE-2.
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