Las más frecuentes
En 1987 se declararon 2.518 enfermedades profesionales, de las que 108 fueron graves, según el anuario estadístico de siniestralidad del Ministerio de Trabajo. Hubo dos muertos, uno por contagio en un hospital y otro por asma bronquial. En cuanto a las enfermedades graves, 51 fueron silicosis y 18 bursitis.Las enfermedades más frecuentes son la dermatosis (897 casos), la bursitis (580), las provocadas por vibraciones (224), la brucelosis (189), causadas por plomo (162) y por contagio en los trabajadores de hospitales (125).
Los sindicatos creen que esas cifras están muy lejos de las reales. Según CC OO, los estudios epidemiológicos internacionales señalan que la incidencia de la enfermedad laboral en la población expuesta al ruido, plomo, sílice, disulfuro de carbono o benceno, oscila entre un 10% y un 40%. En España, entre 1985 y 1987, no se ha registrado una sola enfermedad profesional por exposición al benceno ni al níquel. Sólo hay un caso causado por el cadmio, 17 por cromo, y 607 por intoxicación de plomo.
Para Joan Ferrari, responsable de salud laboral de UGT de Cataluña, "las enfermedades profesionales son dificiles de detectar porque no hay un seguimiento real del paciente, no hay historias clínicas. Muchas enfermedades tienen un período de incubación de años, y sin antecedentes es muy difícil demostrar que tengan una causa profesional".
Pero Ferrari mira al futuro. "UGT querría prevenir para que no se repitieran casos como los actuales. Ahora sufrimos las consecuencias de la falta de higiene de hace 15 años y, si establecemos un mayor control, las cosas cambiarán dentro de 15 años".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
