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Tribuna
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Salida al ralentí

Los primeros síntomas del mal de altura empezaron anotarse ayer en los mercados de valores. La evolución de la última sesión ofreció una buena muestra de lo difícil que resulta mantener la banda alta del índice cuando no hay motivos sólidos que apoyen la mejora.El principal respaldo de los últimos empujes, la contratación de las cementeras, desapareció ayer cuando comenzaron las realizaciones de beneficios sobre los valores de este grupo que más habían colaborado a fraguar el ambiente alcista de los últimos días. Y esa retirada de lo que había sido el motor del mercado destapó las primeras órdenes vendedoras, que habían estado agazapadas mientras duró el optimismo.

El enfriamiento del sector de construcción redujo el peso de los restantes factores que se habían utilizado como excusa. La ausencia de malas noticias ya sólo servía para mantener las cotizaciones en punto muerto y el empuje de las bolsas internacionales quedó sólo como una referencia débil. Además, uno de los factores que más han colaborado al salto del 280% -el fin del trimestre- ya estaba bastante agotado, con lo que empezó a pesar más la cercanía del fin de semana y, con ella, la posibilidad de salir antes de que comenzaran las aglomeraciones.

Estos factores conformaron una sesión de más a menos que quedó casi en punto muerto antes, incluso, de la contratación del grupo bancario. Su capacidad de aguante permitió un cierre más indefinido en el que el papel intentaba pasar totalmente desapercibido.

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