La presencia femenina marca el nuevo rumbo del comunismo italiano

El XVIII congreso del Partido Comunista Italiano (PCI), que concluyó en la noche de ayer con la elección por votación secreta del nuevo secretario general, Achille Occhetto, y del nuevo presidente, Alessandro Natta, así como de los 300 miembros del comité central, votado, en cambio, a mano alzada, ha dejado en todos la sensación inequívoca de que la gran novedad del nuevo curso comunista es la fuerte presencia en él de la mujer.

"Ha sido lo más importante del congreso", ha dicho a EL PAÍS Giovanni Berlinguer, médico, hermano del difunto secretario general comunista, quien añadió: "Es un fenómeno decisivo que servirá para ayudarnos a cambiar también a nosotros los hombres, si somos capaces de hacerlo... Y lo importante es que las mujeres no están en el partido como un florero. Son nuestro fruto mejor".

"Las mujeres han sido la mayor novedad de este congreso, no me cabe duda", ha dicho también a este corresponsal Pietro Ingrao, uno de los mayores protagonistas de la reunión del PCI.

"La lucha de las mujeres ha conseguido imponer la representación casi paritaria con los hombres, lo que considero un éxito formidable", dijo a EL PAÍS Nilde Iotti, presidenta de la Cámara de Diputados, viuda de Palmiro Togliatti. Las mujeres forman el 32% del nuevo comité central.

El 34% de las mujeres presentes como delegadas con voz y voto en el congreso, elegidas por la base, están convencidas de que una buena parte del éxito y de las novedades de estos días se debe a ellas.

Aplastante mayoría

Achille Occhetto, por su parte, resultó elegido por la aplastante mayoría de los miembros del Comité Central del Partido Comunista Italiano: de 243 votos, 235 fueron a favor, dos en contra y seis abstenciones. Alessandro Natta, nombrado presidente del Comité Central del PCI, obtuvo 231 votos a su favor y seis en contra. Armando Cossútta, representante de la minoría opositora dentro del PCI, declaró que, pese a no estar de acuerdo con el documento aprobado por el congreso, daba su voto a Occhetto en señal de confianza hacia su persona.Otra de las novedades es la entrada en el comité central de la mujer de Occhetto, Aureliana Allerice, senadora, elegida por 821 votos a favor y 5 en contra en una votación con 12 abstenciones. También ha entrado en el comité el joven trabajador de Fiat Walter Molinaro, quien había sido el primero en denunciar los atropellos en materia de derechos sindicales en la gran empresa.

El congreso ha adoptado también un nuevo reglamento, en el que desaparece el centralismo burocrático y se permite a los comunistas la libertad de disentir y de hacer pública su crítica dentro y fuera del partido. Se introduce por vez primera el voto secreto en la elección del secretario general, del presidente y de los organismos dirigentes del comité central, regional o federal.