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Virgen de Móstoles, Cristo de Alcobendas

Semana Santa del Madrid industrial y obrero: entre la huida, el desarraigo y alguna sorpresa

"¿Que cómo vivimos nosotros la Semana Santa? ¿Pero sabe usted dónde está llamando?". En la parroquia de San Fidel de Simaringa, en el Pozo del Huevo, hace cinco años que dejaron de sacar las imágenes a la calle. "Para no provocar", dice una monja. "Usted sabe, desde que entró la droga, este barrio no es lo mismo. Ahora hay mucha agresividad, y para evitar males mayores celebramos nuestras cosas en familia, en el interior. Antes este barrio podía ser todo lo pobre que quisiera, pero sin agresividad; y teníamos nuestra procesión. Humilde, pero la teníamos"."No, aquí no hacemos nada extraordinario. ¿Para qué? Yo creo que el 75% de las 14.000 personas que viven aquí se marcha. Y quien se queda prefiere ir a la procesión de la Puerta del Sol", dice el párroco de San Juan Nepomuceno, en Batán, un barrio de clase media del suroeste de Madrid. "Cuando más gente viene a misa, no sé por qué, es el Domingo de Ramos".

Algunos no se resignan a ir a la Puerta del Sol. Quieren tener lo suyo. Vallecas tiene su Vía Crucis desde hace 20 años; unas 600 personas recorren seis calles durante hora y media. Las nueve parroquias de Aluche se unieron en la década pasada para montar su Vía Crucis con antorchas y megafonía en el que participan varios miles de vecinos,de este populoso barrio.

Sobriedad castellana

En la mayoría de los barrios de Leganés, la santidad de la semana queda limitada a un simple período vacacional. Tan sólo en la zona del casco antiguo se celebran los actos religiosos propios de estos días como reminiscencias de un pasado cercano en el que el municipio era un pequeño pueblo agrícola. El triángulo formado por los templos más antiguos de Leganés -la iglesia de El Salvador, las ermitas de San Cristóbal y San Nicasio- es el marco donde se desarrollan unas procesiones sencillas que mezclan la sobriedad castellana con aires de otras tierras traídos por los muchos emigrantes andaluces y extremeños.

El Santísimo Cristo de la Pasión, la Soledad y el Discípulo Amado son las tres cofradías encargadas de sacar los pasos. El Discípulo Amado cuenta con 200 socios y más de 30 años de antigüedad. Ellos serán los protagonistas de la mayor novedad de este año, ya que el Viernes Santo sacarán una nueva imagen: una reproducción del Descendimiento con siete figuras. No hay nazarenos en las calles, los cofrades desfilan sin hábitos y sólo la me dalla de la hermandad respectiva les distingue. Esta tradición, sin embargo, no ha conseguido calar en barrios como Zarzaquemada El Carrascal o La Fortuna, donde reside el 75% de los 168.000 habitantes de Leganés y que se quedan prácticamente desiertos.

En el Vía Crucis del Viernes Santo de Getafe, unos 200 hombres -sólo hombres - recorren las calles en silencio y abren sus brazos en cruz durante la oración. Es la manifestación más arraigada en una ciudad donde la cofradía más antigua de Semana Santa, la de San José, nació hace 25 años. Historia de varios siglos contiene, sin embargo, Parla, y la Hermandad de Nuestra Señora de la Soledad, con 2.200 miembros. Todo comenzó cuando el señor Bartolomé Hurtado decidió dejar en testamento para el pueblo una preciosa ermita que se encuentra en las afueras, toda una referencia para la devoción de Parla.

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En Móstoles era costumbre no empezar a comer el jamón hasta el Sábado de Gloria, lo que suponía que el Domingo de Resurrección constituía la principal celebración de la Semana Santa. Y es que esta población ha vivido estas fechas con especial regocijo en los ritos paganos de salutación a la primavera, ritos cíclicos de las estaciones identificadas con las labores agrícolas y ganaderas.

Ese domingo, la plaza del pueblo era adornada con arcos de romero en flor jalonados de naranjas y limones y el Cristo resucitado salía de su ermita al encuentro de la Virgen -procesión que continúa celebrándose. Pero el desarrollo económico vino a tapar el esplendor de jamones, flores de romero y limones; y los emigrantes llegados de Extremadura y Andalucía aportaron la saeta.

Las cofradías y los espontáneos cantantes de saetas confieren a Alcobendas, aunque sea por unos momentos, determinadas pinceladas de una idiosincrasia perdida.

Unas 2.000 personas participan en la calle, según la Hermandad de la Virgen de la Paz, la asociación religioso-tradicionalista por excelencia. La ausencia de personalidad de su Semana Santa preocupa a la hermandad, que se ha planteado la revitalización aprovechando el alto porcentaje de personas de origen extremeño, manchego y andaluz residentes en la localidad. Se trata de suplir, la carencia de tradiciones propias con la importación de las ajenas.

Ir de monumentos

Antiguamente era otra cosa. Las señoras más linajudas y encopetadas se apuntaban en listas para pedir en las iglesias más importantes a beneficio de la inclusa, el hospicio, las casas de socorro o para la construcción de la catedral. Tendían después por la Villa sus redes de influencias: "No vaya a echar usted en olvido que este año pido en las Calatravas". Limosna, a cambio de estampita. Eso era ir de monumentos, algo muy arraigado en la Semana Santa del Madrid más pequeño y castizo.Pero no todo el príncipe azul que fue la Semana Santa se ha convertido en rana. Continúan en la capital procesiones y cofradías de solera:

Jueves Santo. Procesión de Nuestro Padre Jesús Nazareno El Pobre: sale a las 18.30 de la calle del Nuncio y recorre las principales calles del Madrid de los Austrias. Procesión de Jesús del Gran Poder y de Nuestra Señora de la Esperanza: sale a las 20 horas de la catedral de San Isidro y pasa por la calle de Segovia, plaza de la Villa, calle Mayor, plaza de la Puerta Cerrada y plaza de la Cebada. Procesión del Divino Cautivo: parte a las 20 horas del colegio Calasancio, en la calle del General Díaz Porlier, y recorre las calles de José Ortega y Gasset, Príncipe de Vergara, Goya y Conde de Peñalver. Procesión de Nuestro Padre Jesús Nazareno de Villaverde: a partir de las 20 horas, en la iglesia de San Andrés de la calle del Oxígeno.

Viernes Santo. Procesión de Nuestro Padre Jesús de Medinaceli: sale a las 18 horas de la Iglesia de Jesús de Medinaceli en la plaza de Jesús, 2, y discurre por la carrera de San Jerónimo, Puerta del Sol, calle de Alcalá y paseo del Prado. Procesión de María Santísima de Ios Siete Dolores: sale a las 19.30 horas de la parroquia de Santa Cruz, en Atocha, y recorre la plaza Mayor y las calles Mayor, Pontejos y Bolsa. Procesión del Silencio: parte a las 23 horas de la Puerta del Sol y discurre por la calle de Preciados, Gran Vía y calle de Alcalá. Procesión de la imagen custodia de las Descalzas Reales, en el interior del convento de las Descalzas. Procesión de la Virgen de la Soledad (de Usera): a partir de las 19 horas, de la calle de Portaceli. Procesión de Nuestra Señora de la Soledad (de Villaverde): sale a las 20 horas de la calle del Oxígeno. Procesión del Silencio de Carabanchel: sale a las 21 horas de la plaza de Carabanchel Bajo.

Sábado Santo. Procesión de la Virgen Dolorosa: sale a las 8 horas de la basílica de Jesús de Medinaceli y pasa por las calles del Prado, Príncipe y Lope de Vega. Procesión del Santo Entierro: parte a las 17 horas de la parroquia de San Ginés, en Arenal, 13, y de la parroquia de la Santa Cruz, en Atocha, 6. Pasa por la plaza Mayor y calles Mayor, Arenal, Bailén y plaza de Oriente.

En la región, las celebraciones más vistosas son las pasiones vivientes de Chinchón y Morata de Tajuña, la procesión de Colmenar de Oreja, el Vía Crucis de Buitrago de Lozoya, los oficios de San Lorenzo de El Escorial y los pasos de Robledo de Chavela y Cercedilla.

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