La actual gerencia de La Nueva Mutua busca un comprador para la aseguradora
La toma de posesión del gerente designado por la Dirección General de Seguros en la aseguradora de automóviles de Madrid, José Merlo, se ha realizado sin ningún contratiempo. El lunes próximo se encargará una auditoría, que tiene que estar lista en el tiempo máximo de 15 días, para que La Nueva Mutua pueda encontrar un posible comprador."El anterior consejero delegado de la entidad, Manuel Rodríguez Villarejo, no esperaba una actuación tan contundente por parte de la Administración. No ha hecho falta ni el notario para verificar el cambio de poderes", han manifestado fuentes del comité de empresa de la aseguradora, que posee una cartera de 110.000 mutualistas en el ramo de automóviles en Madrid.
La actuación del nuevo gerente designado por la Dirección General de Seguros se centrará en "lavar el deterioro de la imagen que la compañía ha sufrido en los últimos días" y establecer los recursos y deudas con que cuenta la entidad; además de verificar su patrimonio inmobiliario, han manifestado las fuentes citadas.
Auditoría independiente
Uno de los ejecutivos de la entidad ha manifestado que ya se han puesto en contacto con las auditoras Price Waterhouse y Arthur Andersen para que se realice una auditoría independiente. El contrato se adjudicará a la entidad que lo realice en el menor tiempo posible. "El objetivo prioritario es determinar con seguridad la infradotación en reservas de la entidad, que los propios trabajadores han establecido en una cantidad de 2.500 millones de pesetas, y comenzar su capitalización a medio plazo ya que, de momento, la empresa no tiene problemas de solvencia".Según estas mismas fuentes, José Merlo ya ha planteado que la salida para La Nueva Mutua pasa por la transformación en sociedad anónima o la absorción por parte de otra entidad. Tanto el valor de los inmuebles de la sociedad, como su actual cartera de clientes, son un buen negocio "para cualquier entidad aseguradora o banco que desee ampliar sus redes en el área de seguros".
La medida cautelar que ha tomado la Dirección General de Seguros en La Nueva Mutua marca, según los observadores del sector, una nueva política inspectora de la Administración. Hasta ahora, según las mismas fuentes, se permitía que la entidad ("por falta de autoridad o ignorancia de los hechos") terminara sus días en la Comisión Liquidadora de Entidades Aseguradoras (CLEA). Esto significaba la pérdida de la empresa y la extinción, con los perjuicios consiguientes, del contrato asegurador con los clientes. Según la Dirección General de Seguros, está en marcha un plan para dotar a los inspectores de ordenadores personales portátiles y de un ley inspectora que facilite sus tareas de investigación.
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