Edelmann: "No se lo que es la inspiración"
El diseñador alemán presenta el martes la mascota oficial de la Exposición Universal de 1992
"No sé lo que es la inspiración. Yo nunca la he tenido. Trabajo según un sistema, que me ha llevado a hacer 40 diseños previos hasta elegir el que creía más adecuado para la Expo de Sevilla". Con inspiración o sin ella, Heinz Edelmann, de 55 años, se ha convertido, desde que participó en la película de los Beatles Yellow submarime, en una referencia obligada del diseño gráfico europeo. Es el autor de la mascota oficial de la Exposición Universal de 1992 en Sevilla, un pájaro llamado Curro, que se presenta oficialmente el martes en Madrid.
Curro no va a ser, sin embargo, el primer contacto de Edelmann con Sevilla. En esa ciudad la Fundación Luis Cernuda organizó, en 1987, la que que su primera exposición en España y en una revista sevillana Rumbo Sur vio la luz su primera obra en historietas. "Sevilla es una ciudad para sentirse a gusto" asegura un Edelmann de aire bohemio y simpatía arrolladora en su estudio-vivienda en una de las zonas más tranquilas de Amsterdam. Allí, rodeado de una espectacular colección de viejos juguetes mecánicos Edelmann comentó a este periódico que la elección de un pájaro para representar la Exposición de Sevilla es fruto de un proceso tan complicado como el que sigue: "Un elefante no hubiera podido ser, ni tampoco un león o un tigre, la ballena no me pareció adecuado. Luego estaba el caballo, pero el caballo en España forma parte del tópico y la Expo debe representar a la España moderna no a la tradicional; y los toros, definitivamente, es que no me gustan desde una vez que ví una película sobre una corrida". Así, por este camino, se llegó a la solución del pájaro, "un animal inofensivo y suave, siempre que no se trate de un aguila, claro".Tampoco la elección del nombre de la mascota es casual. Edelmann dibujó el que está destinado a ser el símbolo estrella de la Exposición Universal en homenaje a su perro Francis, un viejo chihuahua -17 años- por el que el diseñador siente auténtica veneración. "Lo que más se acerca a Francis en español es Francisco, pero en España ya tuvieron ustedes un Francisco durante muchos años, así que me parece muy bien que se llame Curro, que es la forma cariñosa de llamar a los franciscos".
El diseño que se presenta dentro de dos días en Madrid es, finalmente, un pájaro de especie indeterminada con dos características definitorias: un largo penacho de plumas y un prolongado pico cónico con los colores del arco iris. "En el penacho", comenta Edelmann, "he querido simbolizar lo que pretende ser la Expo: el mundo de las ideas y de los descubrimientos; pero con la nariz no he querido simbolizar otra cosa que eso, una nariz".
El pájaro, cuya identidad final es un secreto celosamente guardado hasta el martes tanto por la organización de la Expo como por el propio Edelmann -"esta cosa se lleva con mucho secreto, como sucedía en los años 50"- es una muestra más, según su autor, de la falta de un estilo Edelmann. "Si fuera cierto que yo tuviera un estilo, sin duda que lo he roto ahora", afirma el diseñador alemán, que ha repetido en numerosos ocasiones que "el poseedor de un estilo definido en el mundo del diseño gráfico se convierte en el esclavo de sus clientes". El rechazo a reconocerse dentro de un estilo definido le lleva a soslayar la importancia que tuvo en su carrera la realización de los dibujos animados para la película Yellow Submarine. "Aquella película no fue importante por mis dibujos, lo fue por Los Beatles; no quiero que la gente me identifique con aquello, que no fue otra cosa que una obra de juventud".
Esta falta de identidad no se traduce, sin embargo, en una ausencia de influencias. Edelmann se considera influido por un grupo escogido de pintores de este siglo, entre los que pone en un primer lugar indiscutible a Picasso, seguido de Francis Bacon. Quizás estas influencias es lo que ha llevado a Heinz Edelmann a ser uno de los pocos diseñadores actuales que no se siente condiconado por las nuevas tecnologías, aunque en su faceta de creador publicitario para una importante agencia alemana ha tenido que utilizar el diseño por ordenador. "Quiero quedarme en el estado artesanal", aseguraba recientemente. Estas reservas hacia los avances tecnológicos se amplían a otros capítulos, como el uso de telefax, del que dice que ha terminado con una de las tradiciones más queridas de los diseñadores: el engaño a los clientes sobre la fecha de terminación de un encargo y las noches en blanco trabajando para colocar los dibujos a la mañana siguiente en el correo.
Edelmann se ha convertido en el autor de la mascota de la Exposición Universal un poco de rebote. El diseñador, que se define fundamentalmente como un cartelista que ha tenido que adaptarse a los nuevos tiempos, había sido invitado a participar en el concurso de carteles de la muestra, que finalmente ganó el francé s Guy Billot, pero una inoportuna enfermedad se lo ¡mpidió. En el concurso de mascotas Edelmann llegó a la final, junto con los españoles Antonio Mingote -que terminaría retirándose después de una agria polémica- y Miguel Calatayud. Por llegar a la final Edelmann recibirá un premio de cinco millones de pesetas, además de otras 500.000 por presentarse al concurso.
"Nadie está en el mundo del diseño gráfico para alcanzar la inmortal¡dad", asegura. "Yo tengo qu e trabajar en el ramo publicitario y además tengo que ayudarrie con mis clases". Edelmainn considera que el diseño vivo un momento de auge en el mundo aunque atribuye el fenómeno a una moda: "Todo eso que se ha llamado posmodernismo pero de lo que ya ha pasado el momento culminante". Cuando las aguas vuelvan a su cauce, según Edelmann, se demostrará que "ya no se puede habla: de un diseño europeo y otro de Estados Unidos; las nuevas tecnologías lo han uniformado todo. Ahora sólo cabe hablar de lo que se hace en Japón, que va muy por delante, y de lo que se hace en el resto del mundo, qunque, a veces, aparezcan cosas sorprendentes, como algunas que he visto de artistas que españoles".
Pájaro dentista
Heinz Edelmann quiere dotar a la mascota de la Exposición Universal de 1992 de una personalidad muy definida. "Se trata de un animal suave, atractivo, bueno, idealista, algo riecio incluso, pero con una lengua muy fuerte", afirma el autor. Entre otros proyectos de desarrollo de la mascota, Edelmann trabaja estos días en la realización de un cómic en el que el pájaro Curro aparece como un dentista con consulta propia: "La primera visita que recibe es la de un diente que le grita '¡Socorro, doctor! Entre las bacter¡as que tengo que soportar y la gente que come ajos y el idiota de un boxeador que siempre pierde, ya no puedo más'.
Pero además del cómic son muchos otros los que se preparan para el lanzamiento mundial del pájaro que va a compartir con el perro Cobi los honores de presentación de los dos grandes acontecimientos de la España del 92. Entre ellos figura una película de animación, que se está desarrolando en Londres, y que se enfrenta al problema de elegir la voz más adecuada .
Babelia
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