Frenazo del presidente Salinas al proceso de reforma en México

El presidente mexicano, Carlos Salinas de Gortari, impuso un apreciable frenazo en el proceso de reforma política surgido a raíz de las elecciones del 6 de julio y advirtió que los cambios los dirigirá el Partido Revolucionario Institucional (PRI), que no se harán de forma precipitada y que el régimen no desembocará en el parlamentarismo.En un discurso que supuso una fuerte concesión a los sectores más conservadores del PRI, Salinas explicó que su vocación democratizadora "no está reñida con la voluntad de seguir siendo mayoría y de mantener en el poder a la revolución mexicana".

"No cambiaremos sólo por cambiar. Hay muchas cosas que están bien y que deben ser cabalmente respetadas", dijo el presidente en una alocución en la ciudad de Querétaro con la que se conmemoró el 60º aniversario de la creación del PRI, uno de los partidos más antiguos y poderosos del mando.

Salinas manifestó que el cambio no seva a realizar al ritmo de la presión. exterior. "El PRI va a cambiar por voluntad interna y sin sacrificar su unidad; en forma gradual y sin golpes precipitados de timón; con los tiempos más convenientes y con la agenda que determinen los propios priistas", dijo. En un consejo que alentó al, grupo más reaccionario del aparato -los llamados dinosaurios-, Salinas sentenció: "Sí, cambiaremos, pero los priistas no deben impulsar ninguna reforma interna que debilite al partido". Estas palabras fueron interpretadas por observadores como una forma de cortar las alas al pájaro del cambio antes siquiera de que éste haya echado a volar.

Salinas mencionó que se abrirán amplios espacios para la participación política de la oposición y que se continuará el diálogo con los partidos para elaborar una ley de la reforma política, pero advirtió que" se evitará "el deslizamiento hacia un régimen parlamentario que desembocaría en el desgobierno de las minorías".

"Hay voluntad de cambio, pero también de victoria", terminó diciendo Salinas, en una intervención que, según fuentes del propio partido, estuvo destinada a levantar los ánimos de una militancia que había confundido él mensaje reformista del presidente con la voluntad de destruir el PRI. "Prometí servir por igual a todos los mexicanos, pero ratifico con orgullo mi militancia priista", afirmó.

Las palabras de Salinas vinieron a rebatir, en algúna medida, el discurso anteriormente pronunciado por el presidente del PRI, Luis Donaldo Colosio, que hizo un verdadero alegato de la necesidad de transformación y presentó una auténtica agenda de cambio.