Thatcher lamenta la ofensa que provoca el libro de Salman. Rushdie

Margaret Thatcher dijo ayer que comprende la "profunda ofensa" sentida por los musulmanes ante el contenido de la novela Versículos Satánicos de Salman Rushdie, aunque cree que las grandes religiones son suficientemente fuertes para aguantar embates de este tenor. Las palabras ' de la primera ministra británica vienen aacentuar la impresión de Rushdie de que el Gobierno le está retirando su apoyo. El ministro de Asuntos Exteriores, sir Geoffrey Howe, manifestó a la BBC poco antes que el libro era ofensivo, no sólo para los musulmanes, sino también para los británicos, por que "compara al Reino Unido con la Alemania de Hitler". Al gunos parlamentarios laboristas, a cuyo partido se siente próximo el novelista, también le han pedi do que ceda y renuncie a publicar nuevas ediciones de Versículos Satánicos.Thatcher dijo durante una visita al norte de Londres que lamenta que se hagan "cosas profundamente ofensivas para otros" aunque también manifestó que "estas grandes religiones son lo suficientemente fuertes para hacer frente a esta clase de acontecimientos".

Las palabras de la primera ministra tuvieron que caer como una jarro de agua fría sobre Rushdie, quien poco antes, con motivo de una llamada desde su escondite al líder del Partido Demócrata, Paddy Ashdown, para agradecerle la carta de apoyo y solidaridad que éste le hizo llegar, manifestó su preocupación por el cariz que toma la evolución del caso.

Un portavoz de los Demócratas declaró que no había duda de que Rushdie "manifestó su preocupación por los comentarios de Howe, que perecían indicar un distanciamiento gubernamental del libro". Howe especificó en su entrevista su comprensión por los ofendidos, aunque dijo que "no hay razón para prohibir o ¡legalizar" el libro.

Si el distanciamiento de Howe constituía un sondeo para los iraníes, la respuesta recibida de Teherán no pudo ser más clara. El presidente de Irán, Alí Jamenei, insistió en que Londres será obligado a excusarse por el libro y dijo que las palabras de Howe no eran suficientemente expíatorias.