Lituania, el fin de la luna de miel
Algirdas Brazauskas, líder comunista en la república báltica, cree posible el estado de excepcion
PILAR BONET ENVIADA ESPECIALLa luna de miel entre el partido comunista y los movimientos de masas del Báltico soviético se ha roto en Lituania. El máximo dirigente de esta república, Algirdas Brazauskas, considera el estado de excepción militar, al estilo del Cáucaso, como una posibilidad real y cercana contra el independentismo, que amenaza con colarse por la puerta grande de la legalidad por la vía electoral "Hemos decidido poner un límite", asegura Brazauskas, primer secretario del partido comunista y primer líder báltico convocado al Kremlin, en ausencia de Mijail Gorbachov, por una nueva comisión especial del Politburó para Estonia, Letonia y Lituania. Esta comisión, creada sin publicidad, es dirigida, según confirma Brazauskas, por Vadim Medvedev, responsable de ideología en el Politburó.
La reunión, el 8 o el 9 de febrero, fue, según un bien informado político, "dura y difícil" para Brazauskas, parco en detalles de sus dos recientes visitas a Moscú. En la primera fue interpelado, durante "más de cinco horas sin pausa", por interlocutores como Víctor Chebrikov y Nikolai Sliunkov. En la segunda acudió a Gorbachov para pedir consejo" y "contar nuestras dificultades con la perestroika". Dice haber salido "satisfecho " La dirección soviética contempla las cosas de Lituania Con "preocupación", señala. Elmensaje del Kremlin se plasmó el 21 de febrero, en un pleno del Comité Central del Partido Comunista de Lituania, que decidió "poner un límite" a la andadura común entre el Movimiento de Apoyo a la PerestroikIL (Sajudis) y los comunistas lituanos.El nombramiento de Brazauskas, un hombre con aspeto de robusto campesino, al frente de la República había sido acoffido con entusiasmo en octubre, en vísperas del congreso fundacional del Sajudis. Esta organización edita hoy 132 revistas, posee una amplia infraestructura, incluida una confortable sede, con un singular quiosco en el portal, ante la recién recuperada iglesia de San Estanislao.
"Consignas radicales"
Ahora que Sajudis compite con el partido para los 42 escaños de Lituania en el Congreso de los Diputados Populares de la URSS, a. la dirección comunista le parece que el Movimiento no es lo que era. Exhibe "consignas radicales", "se ha desviado de su programa" y ya "no lucha por el socialismo", sentencia Braz,auskas. Los líderes de Sajudis creen que el partido tiene miedo a ser "barrido" en las elecciones del 26 de marzo y más barridos todavía en las elecciones al Parlamento de la República.
"Antes de iniciarse la campaña electoral ofrecimos no competir en los escaños que interesaran especialmente a los comunistas, pero la propuesta fue rechazada", dice el periodista Alginantas Cekuolis, miembro de Sajudis. El partido, asegura Brazauskas, sigue reclamarido su papel dirigente en la sociedad, y "sólo la vida" puede obligarle a renunciar a él.
Cerrar las publicaciones de Sajudis, quitarle el popular programa de televisión semanal Ola de renacimiento y retrasar las elecciones al Parlamento de la República del otoño a la primavera son algunas de las ideas de emergencia de los sectores ortodoxos del Comité Central lituano. En parte, son representantes ruirales, que se han reactivado y pueden pedir ayuda a Moscú, según Vytautas Landsbergis, el presidente de Sajudis. Brazauskas cedió ante algunas de las reiteradas exigencias de los conservadores: el espacio televisivo de Sajudis fue suprimido; el Movimiento, criticado, y los comunistas que forman parte de él, exhortados a pensar en categorías de partido.
"Tenemos la obligación de decir sobria y claramente que estamos muy cerca del punto a partir del cual sigue una forma de gobierno especial y el retorno a los tenebrosos tiempos del pasado. ¿Acaso necesitamos el destino de Karabaj? ¿Aspira a esto el pueblo lituano?". Brazauskas habló así en el pleno del Comité Central.
¿Quiere decir estado de excepción? "En voz alta me es incómodo decirlo", puntualizó. "Tal práctica existe. Sería una vergúenza. No la queremos, y creo que saldremos adelante si la gente empieza a pensar de forma realista. También en Occcidente se dice que estos puntos de vista tan radicales no son realistas".
El detonante de la tensión actual en Lituania fue el documento aprobado por Sajudis el 16 de febrero. Miles de personas, incluido el primer secretario, salieron a la calle en esta fecha, legalizada, por primera vez desde la anexión soviética en 1940, como Día Nacional de Lituania, en memoria de la declaración de independencia de 1918.
"El movimiento lituano por la perestroika va hacia la independencia legal, política, económica y cultural de Lituania, hacia su soberanía estatal, no limitándose a logros parciales", reza el documento, escrupulosamente traducido al ruso por el profesor de música Landsbergis. El movimiento está a favor del "estado de neutralidad tradicional de Lituania en una zona desmilitarizada de Europa", afirma otro punto, que Brazauskas ve con alarma como "la salida de nuestra Lituania del Pacto de Varsovia".
Brazauskas no quiere transgredir el "límite" de una república soberana dentro de una "federación", y en ningún caso "confederación", como quiere Sajudis. El modelo es la federación soviética de 1922, basado en un "contrato" o "tratado" ("dogobor", en ruso) que regulase las transferencias de las republicas al centro.
"Una orquesta sinfónica"
Por el momento, las tres repúblicas del Báltico aúnan esfuerzos para convertirse en una zona económica especial desde 1990. El modelo báltico fue aprobado por los jefes del GosCOLIN plan de las tres repúblicas en Riga en 1988. El Krenilin no es como "una orquesta sinfónica" ante la idea, afirma Brazauskas. Acaloradas discusiones marcaron una reciente sesión del Politburé sobre el modelo de autofinanciación repúblicana. "Estonia resistió, Letonia
cedió y Lituania se escindió", dice Landsbergis resumiendo la posición del Báltico ante el Kremiin.
Brazauskas no oculta su envidia por la habilidad de Estonia para evitar los conflictos surgidos en Lituania, la mayor y más homogénea república báltica, con un 80% de población autóctona. A Brazauskas le gustan las fórmulas comedidas del Frente Popular de Estonia. Los lituanos, lamenta, prefieren palabras como anexión, ocupación, colonialismo o independencia. Las quejas de Brazauskas tienen un deje de amargura, ya que la dirección comunista lituana ha sido la primera en reconocer el himno y los emblemas nacionalistas de la república independiente de entreguerras y en ratificar el carácter estatal de la lengua lituana.
"Independencia..., independencia.... independencia...", clama Brazauskas, golpeando la mesa de su lujoso despacho. "Esta palabra suena en todas las declaraciones, especialmente ahora en la campaña electoral. Acaban de comunicarme que otro candidato ha pedido que voten por él prometiendo que dentro de medio año Lituania será independiente. Nadie dice cuál es la vía o cómo hacerlo. La consigna de que Lituania será independiente basta para hipnotizar al auditorio, tanto más cuanto éste no conoce el sistema político. El héroe garantiza que, si es elegido diputado, dentro de medio, uno o dos años, según, Lituania será independiente. Nadie dice eso en Estonia y en Letonia".
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