Georgette Mosbacher
Las posibilidades del caviar sobre el cutis femenino
Nació en Indiana hace 41 años, y tras un recorrido por diferentes empresas, siempre en cargos directivos, ha terminado por adquirir su propia firma: La Prairie, con base en Nueva York (Estados Unidos) y Montreaux (Suiza), dedicada a la fabricación de productos de belleza muy pero que muy selectivos. Su último lanzamiento es un extracto de caviar para la piel que, dice ella, es el mejor tratamiento de belleza del mundo. Georgette Mosbacher, que esta semana ha presentado en Barcelona su producto, está casada con Robert Mosbacher, nuevo titular de la cartera de Comercio de Estados Unidos.
Si Pablo de Tarso vio la luz al caerse de un caballo, Georgette Mosbacher tuvo la visión de su futuro mientras se desmaquillaba. Miró el producto que utilizaba desde años atrás y se dijo que aquello era un negocio y que tenía que ser suyo. Ya lo es, tras haber comprado la fábrica de La Prairie por 40 millones de dólares (unos 4.500 millones de pesetas). Una fábrica de productos de belleza de alto precio nacida al calor de las investigaciones de una clínica homónima.Para llegar hasta su actual situación de presidente de la entidad Georgette Mosbacher ha recorrido un largo camino desde que naciera en Highland (Indiana). Se licenció en comunicación de masas en 1969 y entró a trabajar en la empresa Fabergé, en Los Ángeles. Después presidió Muir Productions, dedicada al mundo de la televisión, y finalmente la empresa cinematográfica Brut Productions.
Fue entonces cuando conoció a Robert Mosbacher, de 61 años y con 150 millones de dólares, según cuenta, en una cita ciega organizada por amigos comunes. Se casaron -la tercera vez para ambos- y forman hoy una pareja que algunas publicaciones estadounidenses han llegado a afirmar que es la de los años noventa. En cualquier caso, es una pareja especial.
Tienen la residencia en Washington, pero ella trabaja en Nueva York y recorre casi cada día la hora de distancia entre ambas ciudades. Luego, cansada de su plena dedicación a las cremas y las mascarillas, vuelve a casa para tener la vida social que por matrimonio le corresponde.
Mantiene una dieta severa y evita al máximo tomar el sol, incluso en verano, porque, dice, es el principal enemigo de la piel.
La Prairie facturó el pasado año un total de 60 millones de dólares (unos 6.800 millones de pesetas) y Georgette Mosbacher piensa incrementar esta cifra sin dejar por ello de lado la calidad de los productos. "El mercado de la cosmética", asegura, "está repartido entre productos de alta calidad, que tienen una cuota del 30%; de calidad media, que alcanzan el 20%, y baja, que se queda con el resto. Pero cada vez más la franja media tiende a oscilar hacia arriba o hacia abajo. La Prairie no se moverá de arriba". Quiere seguir siendo "el Rolls Royce de la cosmética".
El régimen celular de La Prairie se basa en las propiedades de las células placentarias estabilizadas y empezó a ser comercializado en 1978. Georgette Mosbacher adquirió la firma en 1987 y pretende incrementar sus beneficios con una diversificación de productos, en especial con una serie para las mujeres de hasta 25 años.
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