La Delegación del Gobierno levanta la 'alerta roja' en Gran Canaria, Lanzarote y Fuerteventura
La DeIegación del Gobierno en Canarias decidió en la tarde de ayer levantar la alerta roja que se mantenía desde el pasado viernes en Gran Canaria, Lanzarote y Fuerteventura tras las lluvias torrenciales que afectaron a estas islas. Un comunicado oficial señala que la medida se ha tomado a la vista del último parte del servicio meteorológico zonal de Las Palmas, donde se advierte una mejoría paulatina del tiempo. Las precipitaciones, aunque más débiles, continuaron en las tres islas -siendo Lanzarote y Fuerteventura las más afectadas, con 15 y 40 litros por metro cuadrado, respectivamente-, mientras que los principales núcleos urbanos grancanarios aparecieron ayer con muchas calles llenas de barro.
La nota oficial hecha pública ayer agregaba que la población podía reanudar su vida normal a partir de las siete de la tarde (hora insular), aunque Protección Civil mantendrá un servicio de prevención para mayor garantía. La alerta roja había sido previamente prorrogada en las tres islas hasta esa hora como medida de precaución.Mientras, la circulación en las carreteras de acceso a la ciudad de Las Palmas fue todavía lenta, debido a los destrozos causados por los desprendimientos de piedras y las riadas de agua producidas por la tempestad que sacudió a la isla el pasado jueves.
Los daños materiales originados por el temporal no han sido evaluados aún, dado que continúa la inestabilidad.
Mercante incendiado
Fuentes de los principales ayuntamientos indicaron que todo el personal municipal se encontraba ayer "al servicio de los ciudadanos afectados por los derrumbamientos, desalojos e inundaciones de viviendas".
El puerto de La Luz reanudó ayer sus actividades tras haber permanecido cerrado más de 24 horas. El mercante Rainfrost, de bandera panameña, que había sufrido hace un mes un considerable incendio con la apertura de varias vías de agua cuando se encontraba atracado en uno de los muelles, tuvo que ser nuevamente remolcado desde la dársena exterior del puerto hacia afuera para evitar que se hundiera dentro de la bahía de Las Palmas, ya que se habían abierto nuevas vías de agua.
El anuncio de alerta roja había provocado cierto nerviosismo en algunas zonas de la capital grancanaria, donde varias emisoras de radio recomendaron insistentemente que fueran abandonadas los viviendas situadas en pisos bajos y también las primeras plantas de algunos edificios ante el riesgo de inundaciones.
Esta situación de inquietud provocó que algunas familias, alarmadas, decidieran salir de sus domicilios prácticamente con lo puesto y algunos objetos de valor.
Las actividades del carnaval de Las Palmas, cuyas fechas de celebración habían sido, en principio, retrasadas y que comenzaron con un pregón a cargo del deportista olímpico de vela José Luis Doreste, quedaron nuevamente suspendidas. Ante ello, la ciudad no ha tenido más remedio que dejar pendiente la gran fiesta callejera que celebra con carácter anual.
