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El empresario Simón Casas veta a los toreros de Chopera

Se amplia el frente que iniciaron Joselito y Canorea contra el taurino más poderoso

El empresario francés Simón Casas, que gestiona 10 plazas en su país, entre ellas Nimes -la más importante-, no va a contratar en ninguna de ellas a los diestros que apodera Manuel Chopera, a su vez el empresario más poderoso del mundo taurino. Casas considera un "ataque" y un "gesto de prepotencia desmedida", según afirma, el que Chopera le haya arrebatado la plaza de Alés, cercana a Nimes, en la que éste organizó una corrida de toros días antes de la reciente celebración de la miniferia de novilladas que inauguraron el cubrimiento del coso nimeño.

"La plaza cubierta de Nimes permitirá dar toros y otros espectáculos en invierno, prolongando la temporada", señala Casas, "y es un paso muy importante que la envidia de Chopera ha tratado de hundir, sin conseguirlo".Casas no niega que su decisión con respecto a Ortega Cano, Manzanares y Mora es una venganza por su parte, aunque puntualiza: "De todas formas los dos primeros están ya muy vistos y Mora no tiene cartel en Francia. Si Chopera apoderase a novilleros o matadores de toros con la alternativa muy reciente yo no les vetaría".

Asegura no haberse puesto de acuerdo con Diodoro Canorea, que tampoco cuenta con los toreros del gestor de Las Ventas, para adoptar esta medida: "Entiendo a Canorea, al que el todopoderoso y prepotente Chopera insultó y cerró el paso como vocal en la asociación de empresarios". Tras extender su solidaridad a Joselito, que fue vetado por Chopera en 1988 después de la feria de San Isidro, afirma que se ha abierto la veda contra el empresario vasco y que se avecina una guerra que a medio plazo perderá éste.

El francés pide a la Comunidad de Madrid que deje de favorecer a Chopera con sus continuas prórrogas del contrato de explotación de Las Ventas y saque la plaza a concurso, al que se presentará. Opina que es bueno para la fiesta que se separen los poderes y que vayan empresarios por un lado y apoderados por otro. Esa es la razón por la que no administrará a ningún diestro, tras las rupturas con Paula a principios de 1988 y Curro Vázquez, al terminar ese año.

"Paula firmó conmigo una exclusiva de 20 festejos por 80 millones", indica, "pero como es muy cambiante se arrepintió después y le dejé marchar sin denunciarle".

Ataca de nuevo a Chopera. "Cuando en 1987 intenté que los toreros explotaran sus derechos de imagen, sobre todo en televisión", explica, "Chopera me chantajeó diciéndome que si hacía eso -que le encarecía enormemente los festejos televisados de San Isidro-, vetaría a Curro Vázquez en Madrid y todas sus plazas. Y por defender los intereses de éste tuve que tragar. Por eso es mejor la separacion de poderes".

Por su parte, Pablo Chopera, en nombre propio, de su padre y de su hermano, se negó a hacer declaraciones sobre las manifestaciones de Casas, ya que han tomado la determinación de no entrar en polémicas públicas con nadie, para evitar que se hagan publicidad a su costa.

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