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Francia se integrará en el mando aéreo de la OTAN

Francia iniciará próximamente negociaciones con la OTAN para integrarse en el mando y en control aéreo de la Alianza. Esta decisión significa un paso adelante en las relaciones de Francia con la organización atlántica, aunque París pretende mantener su autonomía y no se plantea la vuelta al mando militar integrado, que abandonó en marzo de 1966 por decisión del general Charles de Gaulle.

El acercamiento de París a la estructura militar de la OTAN parece obedecer al deseo expresado por los militares franceses, contrarios a perpetuar el aislamiento del resto de los aliados, y al objetivo de que la industria gala participe en el desarrollo del nuevo sistema de control aéreo, denominado Mando Aéreo y Sistema de Control (ACCS), cuyo plan director debe ser aprobado antes del mes de mayo por el Consejo Atlántico.La decisión concuerda asimismo con la estrategia europea del presidente de la República, François Mitterrand, que ha fijado la construcción de la Europa común como la principal prioridad de su segundo septenio.

Después de años de dudas, Mitterrand dio personalmente su aprobación el pasado fin de semana, según el diario Libération, que cita la respuesta positiva del presidente a la petición presentada el 31 de enero, en una carta conjunta, por los ministros de Asuntos Exteriores, Roland Dumas, y Defensa, Jean Pierre Chevénement.

Francia coopera desde 1970 en la defensa aérea de la OTAN, a través del intercambio de información con la actual red de alerta NADGE, pero su integración no es total, ya que las fuerzas militares Francesas disponen de un sistema propio e independiente, el STRIDA.

La apertura de negociaciones para la integración en el ACCS significa, pues, un cambio cualitativo porque el nuevo sistema será un verdadero mando aéreo, que integrará los radar volantes AWACS y los basados en tierra, y se utilizará para desencadenar hipotéticas misiones de ataque y defensa con armas nucleares y convencionales, así como para dar las órdenes directamente a los aviones de combate.

El ACCS, que está en estudio desde principios de esta década, se empezará a desarrollar a partir de 1991, con un coste estimado actualmente en cerca de tres billones de pesetas.

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