Graves deterioros en bloques de viviendas construidos hace seis años
Representantes de la asociación de vecinos de la Cornisa de Orcasitas exigirán al Instituto de la Vivienda de Madrid (Ivima) que se estudie en profundidad y se dispongan los fondos necesarios para reparar las graves deficiencias de estructura aparecidas en algunos de: los 17 inmuebles de promoción pública que se construyeron entre 1980 y 1982. El pasado jueves, los bomberos tuvieron que acudir al número 165 de la calle Cristo de la Victoria para retirar varias filas de ladrillos que estaban a punto de caer a la calle.Los 17 inmuebles acogen a 1.096 viviendas, repartidas en 132 portales, que fueron entregadas a lo largo de 1982 a familias de la colonia Torregrosa, de Rafaela Ibarra, de San Cristóbal de los Ángeles y de General Ricardos, fundamentalmente. Los primeros problemas aparecieron casi inmediatamente, pero al principio se limitaron a atascos en las tuberías, separaciones irregulares en las juntas de dilatación y grietas en las paredes.
En estos años, sin embargo, se puso de manifiesto que la mala calidad de la construcción afectaba también a la seguridad de los edificios. Según explicaron a este periódico Rafael Moral, presidente de la asociación de vecinos, y Eduardo Hernández, arquitecto de la asociación, "los bloques se construyeron en terrenos que presentaban fuertes desniveles, que en su día fueron aprovechados como escombreras. Tememos que el suelo no tenga la suficiente consistencia y que se estén produciendo movimientos de suelo que afecten a la estructura de los edificios".
En estos momentos, seis años después de la entrega de los pisos, han aparecido grietas en pantallas de hormigón, y las fachadas se están separando cada vez a mayor ritmo del resto de la estructura. "Sabemos que el problema es grave: se está inclinando, por ejemplo, un pequeño muro que sujeta las conducciones del gas de un edificio. Ese muro fue reforzado con pilotes en una visita técnica realizada hace meses, y ha vuelto a inclinarse, lo que significa casi con seguridad que hay movimientos en la cimentación'.
El director general del Ivima, Miguel Ángel Pascual, declaró a EL PAÍS que los vecinos tenían razón, y que habrá que acometer las reparaciones necesarias. Sin embargo, los afectados quieren que el Ivima se comprometa de forma oficial, primero a efectuar los estudios técnicos necesarios (consistencia del suelo, comportamiento de la estructura de los edificios respecto a los movimientos del suelo, resistencia de los materiales de construcción, etcétera), y a garantizar las reparaciones en un plazo breve, sin descartar incluso que sea necesario realojar a las familias cuyas viviendas se encuentren en peor situación. "Las reparaciones", afirmó Moral, "pueden ascender a cientos de millones, en un momento en que la administración no tiene apenas presupuesto para las viviendas sociales".
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