El Papa defiende ante Arafat la vía del diálogo
El líder de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), Yasir Arafat, entrevistó ayer en Roma con el papa Juan Pablo II; con el presidente del Gobierno italiano, Ciriaco de Mita; con el vicepresidente Gianni de Michelis, y con el ministro de Exteriores, Giulio Andreotti. Según el Vaticano, la visita se desarrolló bajo el signo de la "cordialidad", mientras que el Palazzo Chigi —sede de la jefatura del Gobierno— calificó de "muy positiva". El Papa defendió ante el líder palestino la vía del diálogo como "el único camino" para encontrar una solución al problema de Oriente Próximo.
El exigente protocolo vaticano no permitió que Arafat fuese recibido con los signos externos de jefe de Estado. Los miembros de su séquito, entre los que se encontraba Faruk Kadumi, jefe del departamento político de la OLP, entraron directamente en la biblioteca particular del Papa, sin detenerse en el patio de San Dámaso, donde un piquete de guardias suizos recibe a los jefes de Estado. Sin embargo, en la lista oficial de las audiencias, detrás del nombre de Arafat, figuraba ayer un "S. E."; es decir, "su excelencia", título que el Vaticano concede sólo de ministro o embajador para arriba.
En el encuentro, que duró 20 minutos, estuvieron presentes los cuatro miembros del séquito de Arafat. No se permitió, sin embargo, ni tan sólo más allá de la puerta de la biblioteca, la presencia de ningún periodista. Únicamente el portavoz del Papa, Joaquín Navarro Valls, informó más tarde que el coloquio se había desarrollado bajo el signo de la cordialidad.
El líder palestino regaló al papa Wojtyla algo muy simbólico: un belén hecho de madre perla. Al entregárselo, Arafat le dijo al Papa: "Santidad, le ofrezco este pesebre, aunque sé que en Belén no será fácil celebrar la Navidad". Juan Pablo II no recogió la pequeña provocación del líder palestino y le regaló, al contrario, algo muy poco simbólico: un libro sobre el Vaticano. Y es que Juan Pablo II quiso ayer conciliar en todo momento la cordialidad y simpatía hacia Arafat —a quien ya había recibido en 1982, cuando el líder palestino estaba más bien considerado como un terrorista—, evitando al mismo tiempo herir la susceptibilidad de Israel.
Tal vez por esta razón, el portavoz del Vaticano quiso subrayar que la audiencia había sido pedida por Arafat, cuando se ha sabido que desde el primer momento Juan Pablo II había demostrado su deseo de volver a encontrarse con el líder palestino en un momento tan delicado y significativo como el actual. De hecho, el Papa quiso poner de relieve que "la cercanía de la Navidad hace aún más acuciante el interés por el pueblo palestino, lo mismo que por el pueblo de Israel, que viven en aquella tierra, donde nació el Príncipe de la Paz".
Derecho a una patria
Juan Pablo II insistió en que está "profundamente convencido de que ambos pueblos tienen un idéntico y fundamental derecho a tener una propia patria, en la cual poder vivir en libertad, dignidad, seguridad y armonía con los pueblos vecinos". Insistió también el Papa en que el único camino para resolver el problema palestino pasa por el diálogo. Según Juan Pablo II, es el "único medio para buscar una solución al conflicto de Oriente Próximo, excluyendo todo recurso a las armas, a la violencia y sobre todo al terrorismo y a las represalias"
«Puede que se trate" añadió Juan Pablo II, "de un camino aún largo", pero añadió que, a pesar de todo, "algunos acontecimientos recientes parece que están influyendo en que la situación se enderece en la dirección de las esperanzas de aquellas poblaciones".
Arafat estuvo reunido con los líderes políticos italianos durante una hora y media más de lo previsto, por lo que fue necesario, a última hora, aplazar el encuentro con el Papa, que tuvo lugar al final de la mañana.
El primer ministro De Mita, a quien Arafat regaló otro belén como el del Papa y de quien el líder palestino recibió a cambio una pitillera de plata, afirmó que su Gobierno ha tomado nota de que Arafat ha repudiado abiertamente todo tipo de terrorismo y que ha condenado todos los métodos de violencia, vengan de donde vengan.
De Mita anunció que Italia va a aumentar su ayuda económica y médico-sanitaria a favor de los habitantes de los territorios ocupados de Gaza y Cisjordania. En nombre de su Gobierno, el primer ministro italiano pidió a Arafat que se de muestre ahora en los territorios ocupados "un gran sentido de responsabilidad y mucha moderación para favorecer así el diálogo".
Un hombre "realista"
Por su parte, el ministro de Exteriores Giulio Andreotti explicó, tras su encuentro con Arafat, que el líder de la OLP se ha revelado como un hombre "realista" y que, después de la novedad positiva del encuentro con los norteamericanos, la OLP trabaja ahora sobre esta base, sin acelerar el ritmo y sin tomar nuevas iniciativas.
Andreotti subrayó que, "tras 40 años, el escenario ha cambiado profundamente y ahora la esperanza es que nadie pierda esta ocasión". Acabó diciendo que Italia se puede permitir el lujo de apoyar abiertamente la causa palestina, "porque mantiene al mismo tiempo una posición limpia frente a Israel".
[En una posterior conferencia de prensa, Arafat calificó el supuesto atentado con el avión de Pan Am de "una acción inhumana y criminal dirigida contra nuestra misión de paz y contra la humanidad entera". Preguntado sobre la posibilidad de que el atentado hubiera sido realizado por el grupo radical palestino dirigido por Abu Nidal, Arafat respondió que "no era de su incumbencia", si bien añadió que "estos grupos (...) no son grupos palestinos, sino que siguen los servicios de inteligencia de varios Estados, árabes y no árabes" e insistió en que el Gobierno israelí ha ordenado al Mosad (su servicio de inteligencia) que "empiece a sabotear el proceso de paz", .]
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.