Ciudades enteras destruidas y cerca de 100.000 muertos en el terremoto en Armenia

El líder soviético, Mijail Gorbachov, interrumpió ayer su estancia en Estados Unidos y canceló sus previstos viajes a Cuba y al Reino Unido y volvió a Moscú para enfrentarse a la situación creada por el terremoto que ha devastado el norte de la República Socialista Soviética de Armenia, sacudida por el mayor seísmo de los últimos 80 años. El número) de víctimas mortales no ha podido aún determinarse, ya que los escombros acumulados por la destrucción masiva de edificios pueden esconder numerosas cadáveres, pero la televisión soviética ya habla de Mecenas de miles de muertos", y se cree que la cifra podría llegar a las 100.000 víctimas.

El seísmo, que se produjo la mañana del miércoles, afectó principalmente al norte de la República Soc¡alista Soviética de Armenia, y en especial a las ciudades de Leninakán, Spitak, Kirovakán y Stepanaván. También las repúblicas de Georgia, Azerbaiyán y la región de Kars, en Turquía, resultaron afectadas. La segunda ciudad de Armenia, Leninakán, con 300.000 habitantes, ha quedado destruida en más de un 50%, mientras que Spitak, donde se alojaba gran cantidad de refugiados armenios huidos de la vecina república de Azerbaiyán, ha quedado completamente arrasada.Éste es el mayor terremoto ocurrido en la región en los últimos 80 años, si bien se trata de una zona en la que la sismicidad es especialmente fuerte, pues en ella se encuentran tres placas tectónicas -la arábiga, la africana y la asiática-, y además se reflejan los contragolpes del subcontinente indio contra la gran masa asiática.

Gorbachov, antes de salir del aeropuerto Kennedy, de Nueva York, hizo un balance positivo del "único día de trabajo" pasado en EE UU, y dijo que tenía que regresar a la URSS. El terremoto ha ofrecido al líder soviético la oportunidad de demostrar que la vida social en los foros internacionales no es incompatible con los requerimientos de una situación de emergencia.

Por otra parte, la central nuclear que se halla a 29 kilómetros al este de Eriván, la capital arnienia, no resultó afectada por el seismo, que registró en esa zona una intensidad de cinco grados en la escala de Mercalli. Fuentes soviéticas recordaron que estaba construida para resistir estas contingencias.

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