La crueldad y el Parlamento Europeo

Pudimos leer en EL PAÍS del 25 de noviembre que la Comisión de Medio Ambiente del Parlamento Europeo aprobó el llamado Informe Schmidt, por el que se intenta acabar con la crueldad contra los animales en deportes y espectáculos en Europa. Los Estados afectados principalmente son España, Reino Unido y Francia.Lo sorprendente es que los parlamentarios españoles se opusieron a una medida que desde la óptica europea es impepinable. Expondré un ejemplo de lo que se quiere prohibir: en mi pueblo natal, Cariñena (Zaragoza), se ejecuta el llamado toro de ronda, en donde al animal se le colocan unas antorchas de modo que al menor movimiento se desprenden gotas ardientes que le abrasan las partes sensibles del cuerpo. Al mismo tiempo, cegado por la llama es objeto de todas las vejaciones: cruelmente golpeado, se le clavan pinchos y garrochas (yo vi una vez que le sacaron un ojo, del que manaba un chorro de sangre). Y lo que aún es peor, a continuación no se le da una muerte piadosa, sino que se le deja en medio de sus atroces sufrimientos para la capea del día siguiente. Una vez muerto y desollado, la contemplación de su piel, llena de agujeros y quemaduras, es una visión escalofriante.

Éste es el tipo de canalladas que los eurodiputados españoles desean que subsista en Europa-