Fracasan las aspiraciones de Jordi Pujol en la Asamblea de Regiones de Europa

El presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, vio ayer incumplido su objetivo de alcanzar la vicepresidencia primera de la Asamblea de las Regiones de Europa (ARE) y configurarse nítidamente como el hipotético sucesor del italiano Carlo Bernini, que fue designado por unanimidad presidente del organismo en la reunión celebrada en Madeira. La actitud de los socialistas españoles, interesados en no reforzar la imagen europeísta de Pujol, fue decisiva y diluyó sus aspiraciones.

El hecho fue resaltado en los pasillos por los colaboradores de Pujol, que responsabilizaron directamente de su relativo fracaso al presidente de la Junta de Andalucía, el socialista José Rodríguez de la Borbolla. El parcial revés sufrido por Pujol se vio en parte compensado con la propuesta que le hizo Bernini para responsabilizarse de las relaciones con las instituciones comunitarias y con el Consejo de Europa, el área de mayor rango político y prestigio dentro de la ARE.José Rodríguez de la Borbolla, que junto a Pujol es uno de los nueve vicepresidentes de la ARE, señaló a última hora de la mañana de ayer: "Las cosas están saliendo muy bien", cuando ya se conocía que se modificaría el orden del día de la asamblea y no habría elección de los vicepresidentes primero y segundo. Un representante del Gobierno gallego resaltaba "la derrota de Pujol" e idéntica actitud era expuesta por dirigentes socialistas. Por su parte, el regionalista aragonés Hipólito Gómez de las Roces, así como los representantes del PNV en el Gobierno vasco, no entendían muy bien la oposición socialista a que Pujol accediera a la vicepresidencia primera.

Pese a la escasa influencia de la ARE ante la Comunidad Europea -la asamblea es un simple órgano consultivo de carácter regional-, lo cierto es que a través de la misma Pujol dispone de una plataforma para su proyección internacional.

Pujol comprobó durante una larga cena celebrada el domingo en Funchal, que se prolongó hasta las tres de la madrugada y a la que asistieron los principales dirigentes de la ARE, que la mayoría numérica abrumadora del centro-derecha se diluía y que eran varios los vicepresidentes no socialistas sensibles al esquema europeo clásico de unanimidad y pocas votaciones.

Salida digna

Otros elementos que también le han perjudicado han sido, por ejemplo, el interés de alguno de los delegados de las regiones francesas en que la vicepresidencia primera recayera en uno de sus compatriotas aunque no estuviera adscrito al centro-derecha. A todo ello se ha sumado la postura claramente hostil de los socialistas hacia los intereses del dirigente nacionalista. De la Borbolla ha aparecido como más interesado en que Pujol no consiguiera su objetivo que en promover su propia candidatura.Ante ese cúmulo de dificultades, Bernini, que piensa dar más juego a los ocho vicepresidentes de la ARE, ofreció a Pujol encargarse de las relaciones institucionales con la Comunidad Europea y con el Consejo de Europa. La solución ofrecida por el democristiano italiano era no tan sólo una salida digna para Pujol, sino un cierto reconocimiento de su papel en la estructuración del movimiento regional europeo.