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Unanimidad en la conferencia de Moscú en la lucha contra el 'doping' y el 'apartheid'

La segunda conferencia de ministros y altos responsables del deporte mundial se clausuró ayer con la aprobación de la Carta de Moscú. Por primera vez, se han llegado a acuerdos concretos unánimes en la lucha contra el doping y el apartheid, la ayuda a los minusválidos y la protección de los Juegos Olímpicos de los boicoteos políticos.

La lucha contra el doping, "fenómeno repugnante", como lo llegó a calificar el ministro de Educación, Arte y Deporte de Austria, Hilde Hawlicek, fue sin duda el apartado protagonista de la conferencia, al venir promovido por el COI y por Canadá, donde se celebró la primera conferencia mundial, después de los Juegos de Calgary y antes de los de Seúl. El delegado canadiense, en su última intervención, recordó que su país había pasado en unos meses de la alegría por un gran triunfo al "dolor y la indignación". No citó el nombre de Ben Johnson. No hacía falta, porque .será siempre", comentó más tarde, "una vergüenza histórica".La Carta Internacional acordada en Ottawa, más las aportaciones directas del COI, se recogen en la recomendación aprobada en Moscú. Sobre la base de la protección a la salud del deportista, a la ética del deporte y a la igualdad de posibilidades para todos en las competiciones, se pide a los gobiernos que unifiquen sus criterios en la lucha contra el doping; que efectúen campañas de educación con los niños y jóvenes sobre los peligros que supone su uso; que apoyen al COI en su proyecto de laboratorio ambulante con libre circulación por los países para efectuar controles por sorpresa, y que vigilen estrictamente la venta y distribución de sustancias dopantes, pues en muchos países el comercio es libre e incluso se pueden comprar productos sin receta alguna.

Precisamente junto a la intervención del soviético Marat Gramov el primer día de la conferencia, otro síntoma de la apertura de algunos países del Este la dio Gabor Deaak, presidente del Comité Olímpico de Hungría. Sus palabras fueron de lo más expresivo. "Nuestro país dejará entrar en cualquier momento y a cualquier hora a la comisión médica del COI. Ahora ya no valen las palabras rimbombantes y sí los hechos concretos. Los controles antidoping no sólo deben hacerse en las grandes competiciones, sino en los entrenamientos, por sorpresa".

Gramov, por su parte, confesó, en unas declaraciones concedidas al diario New York Times y la agencia Frace Presse, que alrededor de 300 deportistas soviéticos han sido descalificados durante los tres últimos años por haber tomado sustancias prohibidas. "La mayoría de ellos", aclaró Gramov, "no son atletas de elevado nivel. No obstante, es preocupante ver que un número importante de los sancionados eran deportistas jóvenes".

'Apartheid'

La condena del apartheid, que aún no es seguida en el deporte por todos los países, a pesar de las numerosas recomendaciones anteriores de muchos organismos, es otro de los puntos con acuerdos concretos. Fue presentada y defendida especialmente por Suecia. En Moscú se ha acordado el cese de contactos con Suráfrica, y la negativa a conceder visados de entrada a sus deportistas y ayudar, en cambio, dentro y fuera del país a las víctimas del racismo.

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