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El Gobierno británico se compromete a fiscalizar las actividades del MI5

Las actividades del servicio de seguridad británico (MI5), un organismo nacido a principios de siglo para defender al reino, van a ser reguladas por primera vez después de que las revelaciones del libro Cazador de espías, escrito por el ex agente Peter Wright, dejaran en evidencia que los agentes adscritos al MI5 campaban por sus respetos. El proyecto gubernamental de control sólo satisface parcialmente a la oposición, que ve cómo el Parlamento seguirá sin poder fiscalizar las actuaciones del MI5.

La primera de las nuevas 16 leyes que el Gobierno de Margaret Thatcher ha prometido someter al Parlamento en el curso legislativo que acaba de inaugurarse, tiene por objeto someter a cierto control al MI5, al que se le van a exigir responsabilidades y a obligar a desenvolverse dentro de los límites de la legalidad. En principio, la famosa aserción contenida en Cazador de espías de que las actividades de los agentes del MI5 eran un continuo allanamiento de todo Londres, debe quedar superada. Douglas Hurd, ministro del Interior, dijo al presentar la ley que con ella se pretendía disipar ciertas "preocupaciones" y "malentendidos" sobre el MI5. Los registros tendrán que ser autorizados por el ministro, quien habrá de ser convencido de que la información que se busca es de valor sustancial.La nueva ley contempla el nombramiento de un comisario, probablemente un juez, para fiscalizar la emisión de tales mandamientos y elaborar un informe anual para la primera ministra.Un tribunal independiente oirá las quejas de quienes se sientan perjudicados por las actuaciones del MI5 y podrá remitirlas al comisario.

La ley sobre los Servicios de Seguridad da reconocimiento legal por primera vez al MI5, cuyo notable cuartel general en Curzon Street, en el elegante barrio de Myfáir, es un no-ente (y cuyo director general, Patrick Walker, tiene una identidad que debería ser secreta). El MI6, el servicio de espionaje que opera en el exterior, carece de existencia oficial y va a seguir sin tenerla.Neutralidad política

Entre las responsabilidades que recaen sobre Walker y sus sucesores estará la de garantizar "la neutralidad política del servicio", que tuvo en sus filas elementos tentados con la idea de provocar la dimisión del primer ministro laborista Harold Wilson, según el ex agente Peter Wright, autor de Cazador de espías. La función del MI5 será "proteger la seguridad nacional y, en particular protegerla contra las amenazas de espionaje, terrorismo y sabotaje, de las actividades de los agentes de potencias extranjeras y de las acciones encaminadas a derribar o socavar la democracia parlamentaria por medios políticos, industriales o violentos". La definición formal de seguridad nacional realizada en 1985 no ha sido modificada y, entre otros aspectos, se la relaciona con "el apoyo las políticas exteriores y de defensa del Gobierno", lo que da pie a algunos parlamentarios a temer por extralimitaciones.

El MI5 será responsable ante el Parlamento a través del ministro del Interior y no directamente como reclamaban los parlamentarios, que pretendían lograr el acceso a las fuentes equivalente al que tienen sus colegas de Estados Unidos, Canadá o Australia. Tal ejercicio "demolería la barrera del secreto que es esencial para el trabajo del servicio", según Hurd.

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