Saturación

Permítame realizar una modesta aportación a la historia del servicio telefónico español. El viernes 11 de noviembre, a las 12.30, intentaba comunicar con un teléfono de la universidad Autónoma de Madrid desde la zona de Las Rozas. Primer intento: inmediatamente después de marcar oigo que una señora o señorita anima a alguien indicándole que su nuevo trabajo tiene más riesgo y, por tanto, le resulta más apropiado. Segundo intento: por saturación en las líneas me ruegan que marque pasados unos minutos. Tercer intento: alguien indica que puede haber problemas con el tacón después de sacar el zapato de la horma. Cuarto intento: tono normal de llamada (taaaaa) junto con otro más grave (tuuuu) cuyos periodos no coinciden. La composición resultante suena así aproximadamente: taaaa... tuuuu... taaaa..., tuuaa... taauu... tuuuu, etcétera. Interrumpo la audición. Quinto intento: "...ados unos minutos... Por saturación rogamos vuelva a marcar...". Sexto intento: siguen rogándome que deje transcurrir todavía más minutos, pero a la petición se superpone en este caso el comentario de otra señora sobre el disgusto de su marido en torno a algún tema que había explicado previamente a su interlocutor o interlocutora. Séptimo intento: al tono de llamada se superpone una sucesión de bips como los que acompañan a las naves espaciales en las películas de ciencia-ficción, etcétera.Por saturación de la capacidad de aguante como usuario, ruego que, transcurridos unos minutos, se proceda a la destitución del señor Solana o del responsable último de que este monopolio haya llegado a los grados actuales de deterioro y desprecio por las necesidades del ciudadano.

Como lo cortés no quita lo valiente, o viceversa, reconozco, en otro orden de cosas, el cambio fundamental realizado por Telefónica al introducir colores vistosos en los nuevos recibos. Que sigan sin especificar cuánto tiempo ha hablado uno y cuánto se ha gastado en las conferencias interurbanas e internacionales es una cuestión secundaria.-