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El frío y la nieve paralizan las protestas albanesas en la provincia yugoslava de Kosovo

Una intensa oleada de frío, con fuertes nevadas y ventiscas, paralizó ayer momentáneamente la oleada de manifestaciones albanesas en la provincia yugoslava de Kosovo y dio un respiro a la dirección comunista de la provincia, asediada desde las calles y desde la dirección del partido de la República de Serbia.

Las carreteras de acceso a la capital de la provincia, Pristina, que decenas de miles de albaneses utilizaron en los últimos días para acudir a las concentraciones, están bloqueadas por la nieve y el hielo. No obstante, se mantiene la tensión en toda la provincia y la capital se halla bajo un intenso control policial.En los próximos días, de mejorar el tiempo, se podrían reproducir las manifestaciones pese a las advertencias de la dirección de que recurrirá a "medidas extraordinarias" para poner fin a las movilizaciones albanesas.

El líder comunista de Serbia, Slobodan Milosevic, pidió la represión de las manifestaciones albanesas y la detención de sus organizadores. En la conferencia de la Liga de los Comunistas de Serbia que concluirá, hoy en Belgrado, Milosevic dijo que "los responsables del genocidio y del terror en Kosovo deben ir a la cárcel". En la conferencia del partido de Serbia, cuya dirección ha apoyado las manifestaciones de serbios y montenegrinos en los últimos meses, se condenaron las concentraciones albanesas por "contrarrevolucionarias, separatistas, antiserbias y antiyugoslavas". La reunión concluirá hoy, según se espera, con la solicitud de convocatoria de un congreso extraordinario de la Liga de Comunistas de Yugoslavia, un objetivo prioritario de Milosevic para lograr imponer su política en una dirección federal nueva.

Con inquietud se esperan las conclusiones del pleno de la dirección comunista de Kosovo, que se harán públicas, previsiblemente, el jueves. Los observadores creen descartada la posibilidad de que sean revocados los ceses de Kacusa Jasari, presidenta del partido en Kosovo, y de Azim Vlasi, miembro de la presidencia. La dirección comunista serbia volvió a acusar a estos líderes de haberse "aliado con el nacionalismo albanés".

Las decenas de miles de albaneses que habían acudido aPristina a manifestarse contra estos ceses advirtieron que saldrían de nuevo a la calle si los dos líderes no son restituidos en sus puestos.

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Cinco días consecutivos de protestas de los albaneses de Kosovo en defensa de dos de sus líderes destituidos por presiones de Serbia habían creado en la provincia autónoma la situación más tensa desde los incidentes de 1981, que se saldaron con decenas de muertos.

La presión por parte de la jefatura de Serbia continúa, pese a que existen pocas dudas de que la dirección de Kosovo accederá a las reformas de la Constitución de la república, de la que forma parte. Éste será el primer paso hacia la reforma de la Constitución yugoslava de 1974, auspiciada por Tito. Éste impuso amplias competencias para las dos provincias de Serbia, Kosovo y Voivodina, con objeto de frenar posibles tendencias hegemónicas de la república más grande y poblada de Yugoslavia.

En Eslovenia y Croacia aumentan los temores ante la ruptura del frágil equilibrio de aquella constitución y un creciente centralismo a favor de Serbia y a expensas de la soberanía de las demás repúblicas.

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