Plan de Empleo Juvenil

Que la falta de racionalidad del actual sistema económico mundial constituye la lógica interna del mismo es una verdad que, a tenor del artículo de Ludolfo Paramio (EL PAÍS del 7 de noviembre), se convierte, cuando menos, en pura retórica.Tanto en su artículo En la espiral (EL PAÍS del 1 de junio) como en el que comentamos subyace una clara aceptación de la lógica de la rentabilidad capitalista como principio rector indiscutible. En efecto, la confianza metafisica depositada por Paramio en la irracional bondad empresarial (cuyas consecuencias son los despidos salvajes, las jubilaciones anticipadas, los efectos -sustitución, etcétera) no sólo no impide que la precariedad de los puestos de trabajo juveniles se prorrogue indefinidamente con la entrada de nuevos jóvenes en el mercado laboral, sino que exige del Estado una intervención que minimice los tan glorificados riesgos empresariales. No resulta extraño, en consecuencia, que Ludolfo Paramio convierta en un sofisma el aserto de Marx según el cual el trabajo es un derecho humano y no el privilegio por el que unos hombres explotan a otros hombres.-