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Dubcek afirma en Italia que Occidente no debe ser indiferente a la 'perestroika'

Juan Arias

ENVIADO ESPECIAl, Alexander Dubcek afirmó ayer por la mañana ante los alumnos de la facultad de Ciencias Políticas de la universidad de Bolonia -que el domingo le había otorgado el doctorado honoris causa-, que Occidente no puede permanecer indiferente ante el enfrentamiento en curso en la Unión Soviética entre quienes apoyan el proceso de reforma (perestroika) y quienes se oponen a ella. Y eso porque dicho proceso de reforma "puede triunfar como también fracasar, por lo que es necesario seguir sosteniéndola".

El líder de la primavera de Praga, de 66 años, habló durante hora y media; pocas veces, quizá nunca, un catedrático fue tan aplaudido durante una lección ni tuvo tantos fotógrafos y cámaras a su alrededor. Y es que, además de la novedad de su presencia en Bolonia, sobre el acto en que fue galardonado se había creado una expectativa especial en la Prensa. A él quiso referirse con amargura el mismo Dubcek.Su discurso de 12 folios, preparado como lección magistral pronunciada momentos después del rito de la imposición del anillo doctoral, había sido entregado la noche anterior. La ceremonia al día siguiente iba a ser retransmitida en directo por RAI-2, el canal de inspiración socialista de la televisión pública. Era también la apertura del año académico de la Universidad.

Pero el centro de la atención era Dubcek y su discurso. Todo el complejo rito medieval se fue llevando a cabo según el programa sin que nadie, ni siquiera el presidente de la RAI, el socialista Enrico Manca, renunciase a una sola línea de su largo discurso. Sólo cuando llegó el momento de que hablara Dubcek los organizadores se dieron cuenta de que la ceremonia se había alargado excesivamente y que, por razones de retransmisión en directo, el nuevo doctor debía resumir su discurso. Como así hizo. Y Dubcek, por respeto a Italia y a la universidad, leyó lo que se refería a ellas y dejó de lado los temas de política más espinosos.

Ayer, la Prensa le acusó de haberse autocensurado o bien de haber aceptado presiones de Praga para que no leyera todo el discurso. Con tono de amargura, Dubcek les dijo a los estudiantes que sería no conocerle pensar siquiera que él hubiese podido hacer una cosa semejante. Todos saben, dijo, "que nunca me he doblegado en mi vida".

De hecho, el mismo rector de la universidad confesó que se había tratado sólo de exigencias prácticas de la ceremonia.

Dubcek, conversando con los estudiantes de Ciencias Políticas, ha hablado con dolor de "las mentiras" que el régimen de Praga ha continuado diciendo sobre lo que fue el proceso de la primavera de- Praga en 1968.

El líder checoslovaco, destituido en 1969, que desde entonces no había podido viajar a Occidente, dijo que las autoridades de su país habían llegado a afirmar que el 3 de agosto de 1968 "yo había firmado una declaración en la que se subrayaba el peligro de una contrarrevolución en el país. O que escondí las cartas de cinco partidos comunistas".

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