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El joven al que se practicó una vasectomía en lugar de la fimosis ha tenido finalmente un hijo

Francisco Torrecillas Gádvez, de 24 años, ha sido padre de una niña año y medio después de que se te practicara por error la vasectomía en el hospital Reina Sofía de Córdoba, cuando lo que él quería era operarse de fimosis. La reversión de la vasectomía que se le realizó después -una operación inhabitual- ha resultado un éxito.

Torrecillas, cocinero catalán que trabaja en un restaurante cordobés, preparó "el papeleo burocrático" necesario para ser intervenido de fimosis, pensando en contraer matrimonio con su novia, a la que conoció mientras hacía la milí en Córdoba. Sin embargo, se le practicó la vasectomía por error, sin que se percatara de esta intervención tras levantarse de la mesa del quirófano.Fue su entonces futura suegra la que se apercibió de que los vendajes que preservaban los cortes quirúgicos estaban entre el bajo vientre y la ingle y no en el pene, como hubiese sido lo correcto de haberse practicado la fimosis.Una vez descubierto el fallo médico, el joven cocinero fue intervenido de recanalización, 24 horas después de la primera operación quirúrgica. Francisco Torrecillas contrajo matrimonio con su novia en agosto de 1987. Al principio, como reconoció a este periódico, utilizó métodos anticonceptivos: "Tanto su mujer como yo pensamos en estar dos años sin tener familia", señaló. Pero a pesar de este deseo, a Francisco Torrecillas le asaltaba la duda sobre su fertilidad. Así, la pareja decidió conjuntamente abandonar el uso de los anticonceptivos. Su mujer quedó embarazada en enero, y nueve meses después, el pasado 10 de octubre, 14 meses desde su matrimonio, nació su hija, a la que llama Leonor, nombre también de su suegra.Torrecillas está "loco de contento" con su hija. La duda ha desaparecido, mientras considera que de un error médico se ha pasado a un éxito: la recanalización ha dado resultado.

El cocinero, conocido en este gremio cordobés como Jordi el catalán, no quiere saber nada con los periodistas. "Bastante daño me hicieron algunos cuando se conoció que se habían equivocado al operarme", dijo. "Quiero vivir tranquilo con mi mujer y mi hija y que me dejen en paz".

Francisco Torrecillas es ahora un hombre feliz, un padre "tremendamente feliz". Su carácter amable y bonachón hizo que el ex gobernador militar de Córdoba le acogiera en su casa durante cuatro meses, después de acabar la mili, hasta que encontró un empleo.

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