Triunfo presidencial, derrota legislativa.

La aplastante victoria del candidato republicano, George Bush, a la presidencia de Estados Unidos tuvo como contrapartida la derrota de ese partido en las elecciones para renovar el Congreso. Bush ganó en 40 de los 50 Estados y consiguió 426 votos electorales, frente a los 112 de su rival. El Partido Demócrata del derrotado Michael Dukakis se vio compensado con avances en el Senado -donde el martes obtuvo 20 de los 33 escaños que se disputaban, consolidando una mayoría global de 55 frente a 45- y en la Cámara de Representantes -donde los demócratas lograron 262 congresistas, aumentando en cuatro su anterior mayoría de 81 escaños- En la jornada electoral del pasado martes se eligieron 12 de los 50 gobernadores del país. Los demócratas ganaron en cinco Estados, uno más de los que tenían, mientras que los republicanos ganaron 7 de los 12, pero se quedaron con uno menos respecto a los que contaban. En conjunto, los demócratas cuentan con 28 Estados, y los republicanos, con 22. El triunfo de George Bush se logró con una participación apenas superior al 50% del electorado, la cifra más baja en los últimos 40 años.